Manuel Zepeda Ramos
El caso de Nestora Salgado García ya no está en lo duro sino en lo tupido.
Todas las variables aplican en su contra:
Hay varias averiguaciones vigentes de personas de carne y hueso cuyos testimonios delicados atropellan los derechos humanos. Tiene acusaciones de secuestro y de violación tumultuaria.
El INE, en voz de uno de sus consejeros, dice que pasó por alto su situación de doble nacionalidad. El artículo 32 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos anula la posibilidad de que un extranjero pueda ser elegido en nuestro país.
La denuncia que interpuso en contra de José Antonio Meade ya fue desechada por improcedente.
Peor, imposible.
Todo parece indicar que la candidatura de Nestora Salgado García al Senado de la República habrá de rodar por el suelo en las próximas horas.
Y la candidatura de Napoleón Gómez Urrutia, también al Senado de la República, habrá de correr la misma suerte. No se cómo pueda sostenerse una candidatura de alguien que dispuso de 54 millones de dólares de los trabajadores de la industria minera y no suceda nada. Y por si algo faltara, Gomez Urrutia también tiene doble nacionalidad.
La denuncia valiente y a tiempo que hizo Pepe Meade desde la tribuna del Segundo Debate, tendrá los resultados que Mexico merece.
Somos 130 millones de habitantes en este maravilloso país.
¿No habrán dos mexicanos que puedan aspirar al Senado de la República por Morena?