Colorín colorado: La Feria
SR. LÓPEZ Había una vez un rey chiquito que todos los días, desde el balcón de su palacio, hablaba, hablaba y hablaba; y el pueblo,
SR. LÓPEZ Había una vez un rey chiquito que todos los días, desde el balcón de su palacio, hablaba, hablaba y hablaba; y el pueblo,
SR. LÓPEZ En la familia materno-toluqueña, a todos los niños y jóvenes se nos erizaba el cabello si se presentaba en alguna reunión el tío
SR. LÓPEZ Una vez, a Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, Gran Maestro grado 66, de la mentira, lo confrontaron sus papás pues
SR. LÓPEZ Con mucha pena acepta este su texto servidor, la imperdonable omisión de antier en que con inexcusable frivolidad, desperdició teclazos en asuntos nacionales
SR. LÓPEZ Allá por julio de 2014, le comentaba como bien recuerda usted, que por una de esas cosas sin explicación, el ensayo Elogio de
SR. LÓPEZ Lucrecia era sobrina de la abuela Elena, de las de Autlán, y ni era tan guapa. Sin embargo de eso, para antes de
SR. LÓPEZ La tía Tina (Ernestina, lado materno toluqueño) era una anciana alta, elegante, magra de cuerpo y cara de vinagrillo, siempre de rig uroso
SR. LÓPEZ Contra la opinión de sus papás y a pesar de sus súplicas, la prima Mema (Guillermina), contrajo nupcias con un bien plantado y
SR. LÓPEZ Cualquier ajeno a la familia materna de este menda, si asistía a una reunión de la tribu toluqueña, pensaba que éramos unos majaderos porque
SR. LÓPEZ Tío Marcelo era un simpático gordito, chaparrín, rico como Creso y egoísta como gato. No era mala persona pero para él, todo giraba