El gobierno venezolano envió este viernes condolencias a las familias de las decenas de reclusos que murieron en un incendio en una comandancia policial.
Asimismo, apoyó investigar uno de los incidentes más trágicos que se produce en el sistema carcelario en dos décadas.
La Fiscalía del país sudamericano informó dos días antes sobre el inicio de las averiguaciones de un suceso donde dijo murieron 68 personas, incluidas dos mujeres que estaban de visita en las celdas del cuartel policial ubicado en la ciudad central de Valencia, a dos horas de la capital Caracas.
Las autoridades aún no informan sobre las causas del incendio, que, según algunos familiares, se produjo cuando ocurrió una revuelta en el sobrepoblado centro de reclusión y los policías intentaban controlarla.
A través de un comunicado, el gobierno pidió a la fiscalía que investigue a los fines de determinar las causas que provocaron este doloroso evento, así como las eventuales responsabilidades a las que haya lugar, y la aplicación de la justicia.
La administración de Maduro también aseguró estar trabajando de forma coordinada con el gobierno regional para atender a las familias de las víctimas y a los lesionados, sin mencionar en su primer pronunciamiento más detalles sobre el estado y número de los heridos.
De igual manera, se ha acordado el otorgamiento de medidas de reparación de conformidad con lo establecido en la Constitución», agregó el comunicado.
El Gobierno también criticó por precipitada la reacción que tuvo la agencia de derechos humanos de Naciones Unidas que el jueves instó a las autoridades venezolanas a llevar a cabo una investigación rápida sobre el incendio, sin requerir antes información oficial.
Asimismo, algunas de las 68 víctimas fueron enterradas una al lado de otra en medio de la consternación de sus familiares que a tres días de los incidentes siguen esperando la repuesta de las autoridades sobre lo ocurrido.
Imágenes de profundo dolor se repetían de manera incesante a medida que transcurría la mañana e iban llegando poco a poco al cementerio central de la ciudad industrial de Valencia los familiares cargando los modestos féretros de madera.
Los muertos fueron enterrados en una serie de nichos de ladrillos que fueron construidos uno a lado del otro en un área del cementerio.
Las tumbas fueron adornadas con sencillas cruces blancas que tenían escrito a mano el nombre de los muertos, y las fechas de nacimiento y de su muerte.
Los trabajadores del cementerio esperan inhumar al menos 32 personas que murieron en el incendio.
Vía Excélsior
