Eduardo Grajales
Pese a la incertidumbre electoral en Chiapas, el senador Eduardo Ramírez tiene todas las canicas a su favor, pues hasta perdiendo la candidatura de Morena, gana. Explico mis razones.
El gran posicionamiento que tiene en el estado el autodenominado Jaguar Negro, derivado de un trabajo de años, en los que ha consolidado una estructura sólida y fortalecido sus vínculos con los principales actores políticos, le dan holgadamente la ventaja en ERA, se alinean los astros, todos, gananlas encuestas de Morena y del partido que sea.
No existe argumento alguno para que este viernes el Comité Ejecutivo de ese instituto presente otros resultados.
Los poco más de 30 puntos de ventaja avasalladora que tiene sobre el resto de aspirantes, obliga al presidente de la República y a Morena a pensar muy bien el arreglo electoral que harán en Chiapas el cual, sin duda, depende a su vez de los arreglos políticos en otras latitudes, derivado del complicado escenario en el que metió a Morena principalmente, el acuerdo de paridad del INE, recién avalado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Es evidente que la candidatura de Eduardo Ramírez pasa necesariamente por la definición en la de Ciudad de México, donde el peso que tienen los duros morenistas está generando serias dudas de si logrará la posición García Harfouch, delfín de la virtual sucesora presidencial.
A como van las cosas y a juzgar por los análisis de los intelectuales más prestigiados del país, todo parece indicar que la opinión del presidente será el fiel de la balanza, y su decisión terminaría por inclinarse hacía una candidata altamente competitiva y que le da el triunfo a su partido en CDMX, como es Clara Brugada.
En este contexto, las suspicacias que ha levantado en últimos días la Senadora Sasil de León, cuadro político del exgobernador Manuel Velasco, tendrían necesariamente que encontrar su ruta en el Partido Verde, donde incluso no la tiene tan fácil como parece.
En ese entorno, primeramente, el exgobernador tendrá que calmar los ánimos de un soterrado divisionismo que se percibe en sus huestes. Es evidente que, aunque hay liderazgos verdecologistas que terminarán alineándose a la imposición de una candidata externa, existen otros que se están resistiendo, pues ya tienen compromisos de peso pactados con el senador Ramírez para que sea su abanderado, véase el posicionamiento que hizo en su favor el diputado federal, Jorge Luis Llaven Abarca.
Es importante señalar que la candidatura de Sasil de León por Morena no es proyecto de ningún partido, sino una negociación exclusiva de Velasco Coello a partir de su participación en la definición de las corcholatas presidenciales, donde sirvió exclusivamente para el interés del presidente, que fue consolidar el triunfo de Claudia Sheinbaum.
Sasil de León es pues un proyecto político netamente velascoellista que él ha venido trabajado desde los inicios de su administración en Chiapas, cuando vio en la actual senadora la posibilidad de trascender su gubernatura.
Si esta no da resultado, no es de dudar que el actual senador, habilidoso como se caracteriza, terminará subiendo a otro personaje afín a su equipo, por lo que es casi un hecho que su proyecto estará en la próxima boleta electoral.
Con base en esto, el presidente estaría optando por el mal menor, como es romper un acuerdo con una figura política que le resulta incluso hasta poco confiable (recordemos la filtración de los videos de su hermano Pío, recibiendo sobres con dinero de manos de un ex funcionario velascoellista), y a la que puede compensar con otros espacios en la próxima administración, estatal y/o federal. O, el mal mayor, romper con un cuadro político aliado y representativo de su proyecto, cuyo acto puede cuestionar su liderazgo en la entidad y, además, enrarecerle el panorama en una elección que prácticamente ya tendría ganada.
Este sería el contexto más favorable para el senador Ramírez, empero en política nada está dicho, y cierto es que la moneda sigue en el aire, pues con el resolutivo de ayer del Tribunal, las posibilidades de la senadora por la vía morenista están vigentes, en una terna política donde, eso sí, ya sólo se ven dos figuras en la recta final hacia a la próxima elección gubernamental.
La pregunta del millón será ¿Cuál será la postura que tomará o ha tomado, el actual gobernador del Estado, Rutilio Escandón Cadenas? Que hasta ahora se ha mostrado respetuoso del proceso interno de su partido. De ello depende, sin duda, el resultado final de la selección de candidato, y del resultado final de las elecciones, dos cosas que, aunque parecidas son totalmente distintas.
Finalmente, y en la prospectiva negativa, donde el tema de la paridad pese más que las encuestas de Morena, el senador posiblemente tendrá la venia presidencial de ir solo y competir por otros partidos, sí y sólo si estos tienen colores ajenos a los de la oposición, pues ello hablaría de la lealtad que el Jaguar tiene con el proyecto de Transformación y la garantía que no engrosará las posibilidades de un proyecto político totalmente antagónico.
De esta manera se calmarían los ánimos en las bases partidistas y con sus liderazgos, ayudando a gestar las condiciones de gobernabilidad en una entidad ya de por sí convulsa en periodos de elección, y a generar un voto cruzado que beneficie en gran medida a su virtual candidata Claudia Sheinbaum.
Y en un escenario totalmente advero para el Jaguar, en el que se aproxime un cruento rompimiento entre él con el partido que ha encumbrado su carrera política, al actual legislador todavía le quedarían las siglas de la oposición, donde también tiene bases sociales y políticas que sin duda lo recibirían gustosas, pues les brinda alta posibilidades de triunfo, reconociendo que sus siglas no cuentan con una estructura propia, como si sucede con las de Ramírez Aguilar.
Sea cual fuere el desenlace que se habrá de conocer este viernes, el contexto político estatal y nacional terminan están mostrando un fenómeno interesante, como es el hecho de que el peso político de algunas figuras representativas en la política nacional, terminen por imponerse a los rituales de poder al interior de los institutos políticos.
Ya lo vimos en un complicado escenario en Coahuila, y muy posiblemente lo terminemos viendo también, pero positivamente, en Chiapas. Lo cierto es que los “astros” se están terminando por alinear en favor del senador. Al tiempo.