Sr. López
Tía Fina (Josefina) era solterona y por decreto propio, custodia de la moral de toda la familia materna de este menda, los de Toluca. Tenía 73 años cuando la prima Silvia se casó con un divorciado y se le ocultó como si hubiera trapeado con la tilma de Juan Diego y cuando otra prima, Beatriz, invirtió el ceremonial y encargó hijo antes de la boda, la tía decretó que el bebé era hijo de la lujuria y a esta casa -la suya- no entra. Pero -¡hay un Dios!- y otra tía, Elenita (79 abriles), lo supo y exclamó: -¡Ya estuvo bueno! -y acto seguido contó a quien quiso oírla -todos- la razón por la que Fina nunca se casó y desde muy joven tuvo la misma ama de llaves. Muda la dejó para siempre.
Dice el diccionario que charlotada es la actuación pública, colectiva, grotesca o ridícula. Bueno, pues como parte del carnaval de charlotadas en que está empeñado el partido del Presidente, insiste en acusar de traición a la patria a los diputados que no aprobaron la iniciativa de reforma constitucional referente a la industria eléctrica. O sea: como diga el señor o traicionan a la patria.
Eso de la traición a la patria se legislaba desde la Antigua Grecia, aunque su antecedente formal más remoto, es el perduellio (traición), que en el Derecho Romano era el más grave delito contra el Estado (desde el reinado de Tulio Hostilio, del 673 a.C. al 641 a.C.). Este delito tenía un fuerte componente religioso y a quien se juzgaba por esto (el reo perduellis), se le suspendían todos sus derechos procesales, por considerársele maldito (homo sacer), por alterar la paz de los dioses (la pax deorum), y se le castigaba con la muerte bajo el suplicio más horrible (como prescribía la lex horrendi carminis). No se andaban con chiquitas.
Ya se imaginará que algunos emperadores romanos abusaron un poquito acusando de semejante cosa a cualquiera que les cayera gordo. Luego Roma se hizo república y se quitaron de vaciladas, haciendo laico su Derecho, que fue cuando se tipificó la traición a la patria como atentar contra la majestad (laesae maiestatis, el delito contra el Estado entendido este como todo el pueblo romano), y a partir del siglo 1 a.C. se empezó a juzgar ya no sumariamente sino con juzgados más seriecitos, constituidos por 60 senadores que decidían por mayoría de votos. Hace casi dos mil años.
En México, la traición a la patria ha estado prevista siempre, desde La Ley Suprema -la Constitución de 1814-, y en todas las constituciones que hemos tenido (1824, 1857, 1917), y siempre ha estado claro que el delito se comete cuando se sirve a un enemigo del país comprometiendo la independencia, la soberanía o la integridad de México (la extensión del territorio).
No se preocupe usted si por su trabajo o negocio, ha firmado contratos con una persona, empresa o gobierno extranjero, no es traidor a la patria y menos si ese contrato se ajusta a las leyes mexicanas, que es el caso de los contratos de la industria eléctrica. Los 223 diputados que se opusieron a reformar la Constitución, dejaron los contratos del sector sujetos a nuestra legislación, la nuestra, no la de ninguno de los países de origen de los inversionistas
y también, bajo el paraguas de nuestros tratados de libre comercio, que valen igual que si formaran parte de la Constitución. ¿Cómo se traiciona a la patria al respetar sus leyes?… misterio.
Este gobierno quiso y no pudo reformar los artículos 27 y 28 de la Constitución que fueron modificados en 2013, tiempos de Peña Nieto. El 5 de febrero de 2014, Andrés Manuel López Obrador denunció a Peña Nieto por traición a la patria ante la entonces PGR; no prosperó porque no podía prosperar una reforma realizada por el Congreso de la Unión, la Cámara de Diputados Federal, el Senado y la mayoría de los congresos estatales.
A mayor abundamiento, no podía prosperar porque el delito está bien especificado en el Código Penal Federal como delito de los mexicanos contra la seguridad nacional (artículos 123 a 125; el 126 es contra extranjeros), a cualquiera que: realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la nación mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero; le entre a acciones bélicas contra México a las órdenes de un Estado extranjero; forme parte de grupos armados dirigidos o asesorados por extranjeros para atentar contra la independencia de la república; reclute gente para hacer la guerra a México; oculte o auxilie a espías o saboteadores contra México; proporcione elementos humanos o materiales a un Estado extranjero o a grupos armados dirigidos por extranjeros, para invadir México, o facilite su entrada a puestos militares o le entregue o haga entregar unidades de combate o almacenes de boca o guerra o impida que las tropas mexicanas reciban estos auxilios; cometa, declarada la guerra o rotas las hostilidades, sedición, motín, rebelión, terrorismo, sabotaje o conspiración. Como ve usted, reformar nuestra Constitución en lo referente a los energéticos y electricidad, no está tipificado como traición a la patria. Claro que no.
En lo personal a este menda no le gustan las reformas de tiempos de Peña Nieto. Sería lindo que Pemex y CFE funcionaran como reloj fino, que fuéramos autosuficientes, que pagáramos precios de risa por combustibles y electricidad. Sí, sería lindo que Pemex no fuera una cueva de forajidos y la CFE, tampoco. Muy lindo. Pero no es así y por nuestras nacionales barrabasadas, no tenemos más que apechugar que entren al sector empresas privadas, extranjeras también. Y con la realidad no se discute. Esta es la nuestra.
Así las cosas, la charlotada de Morena de promover el linchamiento mediático de los 223 diputados federales, es no solo un desatino jurídico sino político contra ellos mismos pues aunque no alcancen a verlo, están haciendo todo lo necesario para cohesionar a la oposición y a otros que tienen parque para responderles por ejemplo, con más videos o denuncias penales por corrupción
y los van a dejar mudos.