7 de octubre de 2024

Los héroes están fatigados: La Feria

Sr. López

Antes que nada: no se comentará nada del Grito de Independencia, en primer lugar porque se escribe esto antes de los hechos y en segundo, por la vergüenza que da la anunciada presencia oficial en nuestra fiesta nacional más importante, del Miguel Díaz-Canel, personero de la dictadura canalla que acogota a Cuba hace 62 años.
Si nuestro Presidente anda queriendo hervir en aceite a fuego lento a 15 panistas por su reunión NO oficial con el tal Santiago Abascal, presidente del partido de derechas Vox de España, qué le toca a él por sus constantes coqueteos -clavel reventón en la boca-, con ese régimen que es modelo de la antidemocracia más cínica, que puede ser muy legítimo instalar el comunismo en cualquier nación, a condición de que así lo decida la gente libremente en las urnas, no fusilando opositores, como el castrismo hizo y cínicamente aceptó el barbaján Ernesto ‘Che’ Guevara en su discurso del 11 de diciembre de 1964, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas:
“Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando”. Siguieron. Esos son los cuates de nuestro Presidente, los sembradores de odio.
No es calumnia, el mismo ‘Che’, es un artículo del suplemento especial de la revista Tricontinental del 16 de abril de 1967, escribió:
“El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar (…) un pueblo sin odio no puede triunfar (…)”.
Ya vamos entendiendo. Adquiere sentido la estrategia presidencial de dividir, confrontar (que no ‘polarizar’, eso es otra cosa), partir al país en dos bandos: los suyos y sus adversarios, sin medias tintas, exigiendo lealtad ciega y atacando permanentemente a la prensa, pues el mismo batracio político, el ‘Che’, lo dijo muy claro: “(…) no se puede hacer una revolución con libertad de prensa. Los periódicos son instrumentos de la oligarquía”.
Luego no nos andemos con excusas: no sabíamos, nos engañó, ni quien se lo hubiera imaginado. No. Sus actos hablan por él más que su discurso trapacero.
Por supuesto el Presidente sabe que ya se le fue la mitad de su periodo de gobierno sin haber conseguido implantar en el país el régimen que quiere (?). Los poderes, los órganos autónomos, las organizaciones no gubernamentales y cierta prensa, consiguieron resistir sus embates en el primer trienio, el del máximo poder de nuestros presidentes. Su esperanza es sembrarnos a su sucesor y no es tan difícil: hasta el momento los partidos de oposición siguen en su temeroso pasmo y la sociedad, una enorme parte de la sociedad, en la indiferente actitud que nos caracteriza.
Si es igual en otros países, es cosa que ignora este menda, pero aquí el mexicano promedio 100% puro engendrado de origen, producto de exportación, biodegradable, altamente reproductivo, se considera ajeno a la cosa pública y nacemos, crecemos, nos reproducimos y vemos tele, sin ningún cargo de conciencia por vivir cada quién para su santo.
Por eso nos pasan las cosas que nos pasan. Los malos políticos (que hay de otros y más de los que se imagina), confían plenamente en nuestra contradicción genética entre lo que pensamos, decimos y hacemos, porque si no, ninguno haría mítines y sus campañas serían por correo (‘virtuales’ como se dice ahora), porque ni locos se expondrían a la ira del populacho (todos nosotros, el peladaje).
Y no se trata de que el tenochca simplex se trabe en graves discusiones ideológicas o analizando las distintas opciones partidarias, no, es en la vida diaria que toleramos todo por insensatez cívica. Por eso hay baches, postes sin foco, basura en las calles, banquetas rotas y “recibo” de agua, haya o no haya servicio de agua; por eso nadie va a tirar su basura a la puerta de casa del alcalde, ni demanda que le paguen la suspensión del coche que quedó destrozada en una alcantarilla sin tapa, ni hay Comandos Urbanos Mienta Madres que sigan a los malos funcionarios por las calles, del amanecer al anochecer, a sol y a sombra, diciéndoles su precio con altavoz; que muy al contrario, adonde van son bien recibidos, no hay restaurante que les niegue el servicio ni vecino que los deje con el saludo en la boca, aunque haya perdido a la abuela en las profundidades de un bache con agua.
Tan así somos que en México existe la profesión de manifestante, porque los líderes marrulleros de tarugos juntan gente legítimamente indignada y prefieren gastar algo de dinero (que igual ni es de ellos), para asegurar concurrencia complaciente a sus mítines, marchas, plantones, cercos a oficinas de gobierno o congresos, cierres de carreteras o toma de casetas de peaje; y está tan organizada la cosa que hay manifestantes en renta de toda calidad: pacíficos, semiviolentos, violentos, punk, lésbico-gay-transgénero, ecologistas, estudiantes, de la tercera edad y anoréxicos (para huelgas de hambre, resultado garantizado). Y le tengo noticias: este gobierno federal se ha inventado los grupos opositores bajo pedido. Sí señor. Para poder hacer de víctima, para demostrar cuánto se respetan los derechos humanos (mientras se amuralla Palacio Nacional contra las mujeres enardecidas o se le echa la puerta en las narices a padres de niños con cáncer y sin medicamentos).
Si así no fueran las cosas los presidentes no se atreverían a meter mano en las partes nobles de La Patria, en su historia. Si no fuéramos como somos el Presidente actual no mantendría una popularidad por arriba del 60%, con medio millón de muertos por el Covid-19, cien mil asesinados y casi dos mil niños fallecidos por falta de atención médica.
Y todo esto en las narices de los partidos de oposición que en vez de acaudillar los reclamos justísimos de la gente, dedican su tiempo a los malabares de su propia supervivencia. Se entiende, los héroes están fatigados.

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