16 de abril de 2024

El pelo en la sopa: La Feria

SR. LÓPEZ

Tía Bruna, del jalisciense lado paterno-autleco, tuvo tres hijas y dos hijos con su marido, tío Tacho (Eustasio). Solo los niños metiches de la familia sabíamos que a tía Bruna, los grandes le decían Bruta. Ya mayorcito este menda supo por qué: la tía justificaba todo lo que pasaba en su casa: su esposo no lograba conservar empleo por mala pata y celos de sus fallidos patrones; sus hijos reprobaban en la escuela porque no les supieron enseñar a estudiar donde hicieron ‘párvulos’ (no había ‘kinder’ en ese México); tío Tacho a punto estuvo de ir a la cárcel porque en el banco nunca le explicaron que los cheques necesitan tener fondos; cada una de sus hijas le regaló un nene con papá indeterminado, porque ella, la tía, se equivocó al educarlas ‘tan inocentes’; su hijo mayor, Tacho Chico, era más mentiroso que un vendedor de autos usados, porque había salido a un primo de ella, mendaz profesional; el hijo de en medio era vago por unas paperas que le curó mal el médico del pueblo; y el colmo: tío Tacho la dejó por una viudita joven, porque ella se dedicó a sus hijos y lo había descuidado. Buen apodo.

Cualquier tenochca modelo feliz, feliz, feliz, ya sabe que en esta nuestra idílica nación, cuando hay apagones de energía eléctrica, puede ser por que se quemó el pastito debajo de una línea de transmisión, porque las subestaciones y los enfriadores no tienen palabra o porque nevó en Texas, por lo que sea, pero nunca es responsabilidad de la Comisión Federal de Electricidad.

También sabemos que cuando sale en video uno de los hermanos del Presidente recibiendo sobres con dinero, la sospecha de que se trate de una aportación ilegal a la campaña presidencial, se explica por los corruptos de la mafia del poder que creen que todos son iguales y ellos no son iguales. Fíjese y verá.

Y con lo demás, lo mismo, la falta de medicamentos y escases de gasolina, es porque estaban erradicando la corrupción (misión cumplida, dato oficial); la protesta de madres que dejaron sin guardería y de niños con cáncer es porque se dejan mangonear por los adversarios del ‘movimiento’; las mujeres que van al Zócalo clamando por el cierre de refugios y porque (¡qué delicadas!) las violan y matan, deberían saber que es culpa de los gobiernos anteriores que las malacostumbraron y les hacían creer que las atendían, no como ahora, que sí se les dice la verdad: no las van a atender.

Como faltan todavía las mañaneras correspondientes a los tres años, siete meses y nueve días, previos al fin del periodo presidencial, humildemente este tecladista aporta algunas propuestas a la DGPEJE (Dirección General de Pretextos, Excusas, Justificaciones y Evasivas), que supone uno funciona en Palacio Nacional y si no, es esa la primera propuesta, crearla (titular propuesto: Gerardo Fernández Noroña conocido por su creatividad y gracioso ingenio).

La primera propuesta, de obvia y urgente necesidad, es sobre los apagones que suceden porque Texas nos dejó de surtir gas. El Presidente debe hacer recapacitar a los mexicanos a oscuras, que todo eso no es su culpa sino de Antonio López de Santa Anna, un fifí de lo peor que el 14 de mayo de 1836, firmó el Tratado de Velasco, reconociendo la independencia del estado que era nuestro, lo dejamos ir y ahora nos regatea el gas. ¡Sin pena señor-Presidente!

Luego están los manoseados temas de la educación y la inseguridad que el Presidente los debe despachar en paquete, exigiendo a España que asuma su responsabilidad por haber eliminado en 1536 el ‘telpochcalli’ y el ‘calmécac’, auténtico sistema educativo mexicano sin sindicatos en el que jamás hubo una protesta de maestros; y lo mismo con la delincuencia organizada, culpa indudable de los españoles por haber suspendido la sana práctica de las guerras floridas que permitían capturar contrincantes y mantenían a raya al respetable porque luego se los merendaban; como sea, España nos vino a descomponer todo y tienen obligación no de disculparse, no, eso no basta, tienen que financiar nuestro sector educativo y la Guardia Nacional. Lo justo es justo; el Presidente no tiene la culpa de este regadero. Entérese.

Otro asunto importante es la caída del producto interno bruto, el Presidente debe argumentar en honor a la verdad, que no es cierta la caída al -8.5% que para el año pasado reportó el Inegi, pues al PIB del Río Bravo al Suchiate, debe sumarse por justicia, el de Texas, claro, y los de California, Nevada, Utah, Nuevo México, Colorado, Arizona y partes de Wyoming, Kansas y Oklahoma, que son de México y nos los robaron mediante un tratado espurio firmado a punta de pistola en 1848, cosa de la que nuestro Transformador Patrio no es responsable. Las cuentas claras, ese PIB es de México y aparte, el tío Sam nos debe cuando menos una compensación por todo el oro que se encontraron en California y el petróleo texano. ¡Que se disculpe Biden!, digo, mínimo.

Y… aunque le pueda ser incómodo al Presidente, sobre esto de los difuntos por el Covid-19 y tantas, tantas cosas más, ya va siendo hora que le exija al Vaticano que admita su responsabilidad y asuma su incumplimiento: son ya 500 años de rezar y rezar, de pedir y pedir, de confiar en que la iglesia romana tiene servicio de mensajería con el Creador y que sus santos, ¡tantos santos!, son la defensoría de oficio de todos nosotros su devota grey… ¡y nada!… ni con escapulario ‘detente’. No se vale, esa publicidad engañosa permite a nuestro Ejecutivo, llevarlos a tribunales internacionales para exigir pago compensatorio por daños y perjuicios. ¡Todos a una con el Presidente!

Así, con la óptica apropiada verá clarito la raza que el Presidente y su gobierno, no tienen la culpa de casi nada de lo que sucede en el país. Y el casi es porque hay un enojoso asunto en el que aunque se le pensó mucho, no se le encuentra excusa, con la pena, pero del nombramiento como candidato a gobernador de Guerrero del tal Félix Salgado Macedonio, no se escapa el Presidente, ni modo nunca falta el pelo en la sopa.

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La Feria: ¡Sí sabe cómo!

Sr. López No sabe este menda cómo era en las casas de ustedes, pero en las de la familia de su texto servidor, en cada