Solicitar préstamos hipotecarios y créditos de liquidez con entidades financieras ofrece más ventajas que acudir a préstamos personales.
La compra de una casa es, probablemente, la inversión más importante que una persona va a hacer a lo largo de su vida. Por ello, lo más probable es que los compradores tengan que solicitar un préstamo para poder financiar la vivienda y, de este modo, disfrutar de la independencia que tiene disponer de un hogar propio. Sin embargo, los compradores de una vivienda no siempre son conscientes de las diferentes posibilidades que ofrece el mercado a la hora de solicitar un crédito y minimizar los riesgos que pueden llegar a sufrir con este tipo de operaciones.
México es, en este sentido, uno de los países donde los compradores de una casa más recurren a los préstamos personales a la hora de financiar la vivienda. Una forma de operar que, según diferentes estudios, duplica al número de personas que acude a una entidad financiera para financiar la vivienda y que implica mayores riesgos, tanto para el comprador como para el que concede el préstamo.
En concreto, según los datos facilitados por portales especializados en mercados económicos, un 29.3% de los mexicanos piden préstamos a familiares, cajas de ahorros o acude a casas de empeño, cuando estos préstamos informales pueden terminar siendo mucho más costosos con el tiempo» en comparación con un crédito de liquidez.
Debido a estos riesgos, los expertos animan a los interesados en solicitar un préstamo a acudir a entidades financieras reguladas y que tienen una serie de obligaciones para obtener el máximo de garantías y evitar caer en cláusulas abusivas que, incluso, pueden llevarles a perder la vivienda comprada en poco tiempo y al protagonizar pocos impagos, debido a la mala fe de muchas de las empresas de empeño que se dedican a operar en este mercado.
Ante esta situación, existen diferentes herramientas y claves que ayudan a los interesados en solicitar un crédito hipotecario a acertar con la elección. Es por ello que se debe buscar plataformas online que ofrecen asesoramiento hipotecario en México, las cuales te ayudan a gestionar todo el proceso de adquisición del crédito, por lo que consigues una mayor solvencia económica, protección de datos y seguridad financiera.
Las ventajas de un crédito de liquidez
Para ganar seguridad y confianza, el comprador de una vivienda debería de acudir siempre a entidades financieras y pedir siempre un crédito con garantía hipotecaria cuyos tipos de interés estén regulados por el mercado y por las respectivas entidades gubernamentales, logrando siempre tasas de interés hipotecarias más bajas.
En cuanto al valor de estos créditos, estos pueden llegar al 70% del valor de la propiedad que el cliente va a comprar, por lo que una de las recomendaciones que el interesado en adquirir una vivienda debe tener en cuenta es que tiene que tener un ahorro económico para poder sufragar la parte restante del precio del bien inmueble por anticipado.
Debido a este requisito-recomendación, que en ocasiones dificulta la obtención de un crédito hipotecario por parte de los particulares, son muchos los que caen en el error de solicitar un préstamo personal o informal para sufragar la compra de la vivienda. Algo que no es recomendable. En esa situación, es preferible esperar un poco más de tiempo y ahorrar antes de llegar a un acuerdo de este tipo.
Y es que, como hemos comentado más arriba, los créditos informales, a la larga, implican más riesgos y tasas de interés más altas, por lo que siempre es recomendable evitarlos para minimizar pagar más intereses a largo plazo y reducir el endeudamiento que, incluso, les puede llevar a perder la vivienda en menor tiempo.
Lejos de lo que se puede pensar, la petición de préstamos con acreedores particulares sigue estando en unos datos muy altos y los clientes que optan por este tipo de créditos se enfrentan a unas prácticas abusivas entre las que se encuentran el amedrentamiento por parte de los prestatarios con el fin de atemorizar a sus clientes y generar alteraciones emocionales temporales.
Con ello, quieren obligarles a pagar por medio de amenazas, coacciones e intensas llamadas telefónicas en días y horas inapropiadas para cobrar una deuda referente a unos productos que estaban por encima de las posibilidades de los clientes y que les ha llevado a una situación de sobreendeudamiento de difícil solución.