23 de noviembre de 2024

¡Viva, viva! : La Feria

Sr. López

La sección completa de “Beatas, seniles y similares”, del lado materno-toluqueño de este menda, consideraba santo y sabio al tío Anselmo, nomás porque era sacerdote y lo había ordenado Pío X en Roma (a él y a todos los de su generación juntos, cosa que no aclaraban). Para el del teclado, entonces mocoso, el tío era un ancianito que olía rancio, tenía aliento de caño y la sotana con manchas sospechosas. Tal vez era buena persona, pero ya desde esa tierna edad este menda dudaba de lo sabio porque sostenía barbaridades como lo de Jonás y la ballena, lo del Mar Rojo como vía corta Egipto-Israel, y que si se comulgaba siete viernes primeros seguidos y se usaba escapulario, quedaba exento de Juicio Final con pase directo al Cielo, hiciera lo que se hiciera en su vida. Pero igual, el tío era intocable y uno, en nombre de su bienestar glúteo, decía que sí, que era sabio y santo.
Ayer, nuestro Canciller, don Ebrard (a) La Corcholata 2, informó que 47 países se han interesado en contribuir al Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar, propuesto por el Presidente en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU… pero no es exactamente así, solo se inscribieron para hablar del asunto (si es que es cierto).
El Presidente al presentar su plan al Consejo, señaló que “el objetivo es garantizar el derecho a una vida digna de 750 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares diarios”, y dijo confiar en que ningún país miembro del Consejo de Seguridad se opondría a la propuesta… bueno ahí mismo y en todo el patio de su cara, se opusieron Rusia y China, con la mala pata de que son de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, de los que tienen derecho de veto. Chin.
No se entiende que haya quien se oponga a tan noble afán. Hay gente así. Lo bueno es que tal vez anticipando alguna actitud díscola, nuestro Presidente anunció que convocará a la Asamblea General de la ONU para presentarle la propuesta (ahí no hay veto que valga). ¡Que suene esa banda!
El plan consiste en juntar anualmente un fondo de un billón de dólares para repartirlos entre cada uno de esos 750 millones de pobres del mundo (que aparten para nuestros pobres, digo, son más de 50 millones)
Se presta a confusión lo del ‘billón’ porque para los sajones eso es mil millones aunque para el mundo sea un millón de millones. Dado el tamaño del problema, debe ser un millón de millones de dólares anuales. Seguro, total, estamos platicando.
El Presidente en su intervención ante el Consejo de Seguridad, señaló que “(…) el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, podrían participar en la creación de la estructura requerida para el fondo y en hacer un censo de los países más pobres del mundo, y una vez definida la población objetivo, se podrá comenzar a dispersar los recursos para adultos mayores, menores con discapacidad, e implementar sistemas de becas a estudiantes, apoyos a sembradores y a jóvenes que trabajan como aprendices”. O sea: la 4T pero mundial. Bonito.
El plan señala que se juntará el billón de dólares anual de tres fuentes: 1. Contribución anual el 4% voluntario de las fortunas de los mil más ricos del mundo; 2. Contribución anual voluntaria similar (?) a la anterior, de las mil empresas más ricas en el mercado de valores; y 3. Cooperación del 0.2% del Producto Interno Bruto (PIB) de cada uno de los países del G-20.
Antes de que empiece nadie a hacer cuentas alegres, el PIB del G-20 (Unión Europea incluida), el año pasado sumó 82 billones 123,563 millones de dólares; el 0.2% son 164 mil 247 millones de dólares, por lo que habría que conseguir de ricos y empresas los 835 mil 753 millones de dólares faltantes y primero llueve de arriba para abajo que empresarios en lo individual y corporaciones hagan esa aportación; unos porque pagan impuestos y esa es su cooperación; y las empresas porque aparte de que pagan impuestos no tienen atribuciones legales de sus accionistas para entrarle con su cuerno a un plan de un señor López de México.
Pero igual, supongamos que se junta anualmente ese fondo de un millón de millones de dólares para ser entregado a partes iguales en mano a cada uno de los 750 millones de pobres del mundo. Saque su calculadora:
Un billón anual dividido ente 750 millones de pobres, da 1,333.33 dólares anuales por cabeza; o sea, 111.11 dólares mensuales; esto es 3.70 dólares diarios (74 pesotes). Y ya alguien pondrá de su bolsillo los gastos de administración mundial del fondo, seguro.
Otro cantar es el despelote mundial que provocarían esas contribuciones: cambios a los presupuestos nacionales de los países del G-20, disminución de captación de impuestos, inflación en las regiones, pérdida de valor de acciones en Bolsa, ajustes legales para validar la contribución de las naciones, posibles litigios internacionales de alguno del G-20… y la creación de una entidad mundial que vigile la operación del fondo porque un billón de dólares repartido de mano en mano, se presta a mucha robadera. En fin, detalles, todo se puede.
Sin duda para quien sobrevive con dos dólares al día, le caen de perlas 3.70 más, pero si eso remedia la pobreza, entonces los emplastos de caca de perico sacan pelo a los calvos. Repartir dinero no genera riqueza y solo la generación de riqueza disminuye la pobreza.
Para los que abominan por prescripción presidencial eso que llaman “neoliberalismo”, se les recomienda leer los reportes de la ONU sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible: en 1990 la población en pobreza extrema era el 36% de la población mundial y para 2015, se redujo al 10%; la pandemia del Covid 19 es la primera amenaza seria de que se revierta la tendencia en 30 años… y lo avanzado obedece a generación de riqueza y libre empresa. Nunca en la historia (nunca), un país comunista o de socialismo extremo ha generado riqueza (nadie emigra rumbo a Cuba o Venezuela).
Si el plan fuera viable, que no lo es, sería infructuoso, pero el señor es intocable y la orden del día es aplaudir, ¡viva, viva!

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LA FERIA:La patria

Sr. López De tía Victoria ya sabe usted que tuvo más colchones que la cadena Sheraton; nunca casada, sin hijos; toluqueña, guapa de joven y