SR. LÓPEZ
Tío Benigno, casado con tía Caro (Carolina), fue el hombre más mentiroso que ha pisado este planeta; no era mitómano, era un embustero de tomo y lomo. Ella no discutía con él, ni le hablaba: -Mientras dé el gasto -suspiraba vencida. Ya viejo, tía Caro llamó a sus hijos porque era obvio que estaba muy enfermo. A fuerza lo llevaron al médico y el tío dijo que se sentía como un toro y se negó a hacerse análisis. Empeoraba y porfiaba en que estaba mejor que nunca. Ya en artículo de muerte, en plena agonía, apenas moviendo un dedo hizo que tía Caro se acercara y le susurró al oído: -Muero de muerte natural y le dieron gusto. Ni su certificado de defunción dijo la verdad. Hay gente así.
Ayer celebró el Presidente su triunfo electoral y desde el Patio de Honor de su casa (Palacio Nacional), presentó un informe como hace cada tres meses.
En esta especial ocasión aseguró que su gobierno ha avanzado ante la complejidad del problema que heredamos en materia de seguridad pública y muy orondo añadió que desde 2018 no han aparecido nuevas bandas y que las existentes surgieron en los gobiernos neoliberales; insistió en que no declaró la guerra a los delincuentes y que respecto del año 2018, los homicidios disminuyeron un 2%. También dijo que hay gobernabilidad porque la paz es producto de la justicia. A todo dar.
Ahora nada más falta cuadrar los datos de su informe con la realidad. Que se aplique:
Respecto de la disminución de homicidios dolosos, según el registro de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, del 1 de diciembre de 2018 al 27 de mayo de 2021, se han contabilizado 85 mil 444 homicidios dolosos, 61% más que en el mismo lapso del sexenio de Peña Nieto cuando se registraron 53 mil y 2,444 asesinatos más que en todo el sexenio de Felipe Calderón, cuando se horrorizó el país por los 83 mil homicidios que hubo.
El 4 de mayo del año pasado el International Crisis Group (ICG), organización especializada en la solución de conflictos, emitió un informe sobre nuestro país en el que informa: Las tasas de criminalidad están aumentando en todo México, a medida que los cárteles se dividen en grupos más pequeños que compiten ferozmente por el territorio ( ), y agrega que sigue la corrupción generalizada y que los arreglos entre la policía y la delincuencia continúan siendo una práctica desenfrenada. Un año después de este informe, la criminalidad sigue aumentando: en lo que va del año han sucedido 40 masacres con 293 muertos.
Respecto a que hay gobernabilidad porque la paz es producto de la justicia, que alguien le avise al Presidente que se echó la soga al cuello: no hay paz en México, luego entonces, siguiendo la lógica de su afirmación, no hay justicia ni gobernabilidad. Y por cierto: la paz resulta de imponer el cumplimiento de la ley, con buenas razones o a balazos; nunca en la historia del planeta ha habido paz predicando el bien y la fraternidad; y ya conseguida la paz, es duradera si el Estado actúa con justicia, eso sí, pero la premisa es la firme acción del Estado.
El Presidente se aferra a sus frases todo terreno, entre otras cosas porque sabe que los EUA están poco más que preocupados por la situación en México, la actual, no la de los gobiernos neoliberales. Lo sabe por las declaraciones del 17 de marzo pasado, del general Glen D. Van Herck, jefe del Comando Norte de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que en conferencia de prensa en el Pentágono dijo que los problemas en la frontera ( ) en temas de seguridad y narcotráfico se deben a fallas del gobierno de México.
Ese General no es un pelagatos, es el responsable de la seguridad integral de Estados Unidos, México y Canadá, y ese afirmó: El problema más amplio ( ) es la lucha contra el narcotráfico, migración, trata de personas, todos son síntomas de organizaciones criminales transnacionales que operan a menudo en áreas no gobernadas, del 30 al 35 por ciento de México.
Nuestro Presidente no se arredra ante nada ni nadie y en su matiné del día siguiente le contestó: No es cierto lo que se sostiene, pero respetamos las opiniones de todos. Nosotros vamos a seguir teniendo buenas relaciones con el gobierno de Estados Unidos, no nos vamos a pelear con Estados Unidos. No es cierto y tan cuates.
Es ejemplar la firmeza de nuestro Presidente: los informes de su gobierno, lo que dice el ICG, lo que declara el tal Van Herck, con todo se abanica y supone uno que también con el Índice de Estados Frágiles 2021, que emitió apenas el 26 de junio pasado el Fondo para la Paz, una ONG de Washington, fundada en 1957, que estudia en 197 países todo lo que signifique amenazas transnacionales a la seguridad y los derechos humanos.
En ese índice México ha empeorado su calificación por tercer año consecutivo, sí, en tiempos de la 4T, el país ha perdido 60 posiciones: este gobierno inició en 2019 calificado en el lugar 150 (Muy estable), y el reporte de 2021 lo ubica en el lugar 90 (En peligro creciente), cerquita de Gabón. Ha de ser un complot golpista. Ya nos dirá don Gatell.
Hubo otros temas de gran importancia en este informe, como lo del Covid-19, sobre lo que señaló: Hemos hecho todo lo humanamente posible para enfrentar esta pandemia. Informamos y respondimos a tiempo. Se logró que ningún enfermo se quedara sin una cama, o personal de salud que lo atendiera, y advirtiendo que no le gustan las comparaciones, dijo: ( ) nuestro país no está colocado en los primeros lugares en mortalidad por Covid.
Bueno, de veras que lo dejan solo. En México al día de ayer, había 2 millones 519 mil 269 contagiados de los que han fallecido (oficialmente), 233 mil 47 personas; esto es: el 9.5% de los que se han enfermado ha muerto. El promedio mundial es el 2.2%… México tiene el peor índice de mortalidad por Covid-19 en el mundo y para nuestra tragedia, casi triplicamos el índice de letalidad del segundo peor país del mundo (Perú).
Pero, no seamos de poca fe, ya nos tranquilizó el Presidente: A pesar de los pesares vamos bien.