La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, se declaró este miércoles horrorizada por el supuesto ataque contra un hospital infantil en la ciudad ucraniana de Mariúpol, que las autoridades de Kiev atribuyen a Rusia y que habría dejado al menos 17 heridos.
Russell destacó en un comunicado las informaciones que apuntan a que el ataque dejó a niños y mujeres de parto bajo los escombros de edificios destruidos.
Todavía no conocemos el número de víctimas, pero nos tememos lo peor, dijo la principal responsable de la agencia de Naciones Unidas para la infancia.
Este ataque, si se confirma, subraya el horrible precio que esta guerra se está cobrando entre los niños y las familias de Ucrania. En menos de dos semanas, al menos 37 niños han sido asesinados y 50 heridos, mientras que más de un millón de niños han huido de Ucrania a países vecinos, apuntó.
Las autoridades ucranianas han dicho que el ataque dejó al menos 17 heridos y causó enormes daños en la instalación.
Russell recalcó que los ataques contra población e infraestructuras civiles son inconcebibles y deben cesar inmediatamente.
Además, reiteró el llamamiento de Unicef a un alto el fuego inmediato y exigió a todas las partes del conflicto que cumplan con su obligación de proteger a los menores y garantizar que las organizaciones humanitarias pueden prestarles asistencia.
Preguntado sobre el ataque contra el hospital infantil, el portavoz de Naciones Unidas Stéphane Dujarric dijo a los periodistas que la organización estaba al corriente de las informaciones y tratando de verificarlas.
Como principio, Dujarric recordó que hospitales y otras instalaciones o servicios de salud no pueden nunca ser objetivos militares, tal y como establecen las normas humanitarias internacionales.
Con información de EFE