Eduardo Grajales
Fue un discurso verdaderamente, trascendente y emotivo el de Eduardo Ramírez Aguilar, ayer en el marco de su unción como candidato único a la gubernatura, por parte del Consejo Político de Morena, Chiapas. Como pocas veces, resaltó la figura de un político chiapaneco con claridad de ruta y perspectiva de futuro, pero sobre todo con la capacidad de conectar y legitimar su pensamiento en una población diversa, habida de un nuevo liderazgo y esperanza.
Desde hacía mucho no se veía en la historia política de la entidad un fenómeno político como el que representa El Jaguar Negro, quien está abriendo grandes expectativas en un estado que se debate en un escenario complicado en materia de seguridad y ante un marcado rezago económico y de marginación.
En un acto realizado en su cuna política, el senador con licencia esgrimió ideas que avizoran un proyecto de trascendencia genuina y de gran envergadura, para colocar a Chiapas en el lugar que siempre se le ha negado.
En su elocuente discurso propuso, entre otras cosas, la creación de un cinturón económico en el Soconusco, que mejore las condiciones de vida y el desarrollo humano de la región.
Asimismo, adelantó un ambicioso programa de infraestructura que en tiempos electorales precisará a detalle.
También enumeró propuestas de los males que le aquejan a Chiapas para hacer de esta región una de las que mejoren en equidad e igualdad social a nivel nacional.
Estas acciones, dijo, estarían acompañadas de un profundo humanismo que tanto hace falta en la sociedad. Para ello, añadió, se requerirá hacer de una correcta combinación de historia, cultura, defensa de la naturaleza, y que los mejores hombres y mujeres con eficacia en sus tareas jueguen un papel importante en el nuevo diseño de Chiapas.
Finalmente subrayó que es un practicante efusivo del diálogo la paz la tolerancia y la concertación.
Por todo lo anterior, políticos como Eduardo Ramírez vendrán a cerrar de manera extraordinaria ese necesario abanico de líderes sociales auténticos que acompañarán a la Dra.
Sheinbaum en el segundo piso de la 4T, y a una sociedad altamente esperanzada.