SR. LÓPEZ
La tía Olga, aparte de ser espectacularmente guapa, era vivísima. Contaban que siendo joven la quiso cortejar un joven con la peor fama allá en Autlán de la Grana, Jalisco. Como el tipo era insistente, una vez lo recibió en la sala de su casa (con su mamá de guardia de vista) y le aclaró que estaba perdiendo su tiempo y molestando. El otro pidió lo dejara probar que sus intenciones eran buenas y tía Olga le dijo que ni soñando, con su fama de borracho, mujeriego, desobligado sin oficio ni beneficio. Como el joven le aseguró que se estaba dejando llevar por rumores y mentiras, ella lo atajó diciendo, más o menos, que si eran calumnias entonces él tenía muy mala suerte: -Y eso está peor porque soy muy supersticiosa ¡a volar!
El viernes pasado la prensa informó en sus portales de último minuto la cifra oficial de muertos por el Covid-19 reportada por la Secretaría de Salud (SSA): 200 mil 862; el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) calculó el 28 de enero pasado un 68.7% más decesos por esta causa que los que cuenta la SSA, pues Inegi cuenta todos y no solo los que fallecen en hospitales de gobierno, como hace la SSA.
El verdadero total de fallecidos, dando por bueno el 68.7% adicional reportado por el Inegi, ronda las 340 mil personas pero no lo comente con nadie porque se arriesga a caer en la boca del Presidente, que desde el 11 de mayo del año pasado, aclaró paradas: eso de andar papaloteando estimaciones reales de fiambres es un complot de la prensa nacional y extranjera que actúan sin ética y de manera tendenciosa (esa vez sacudió al New York Times que mandó a uno de sus reporteros a revisar el Registro Civil de veras, ¡qué bajeza!).
Pero, igual, no se movió la hoja de un árbol oficialmente han muerto 200 mil 862, punto. Dos estadios Azteca de cadáveres, para que se imagine de qué estamos hablando, una estadística, un número, no 200 mil familias, 200 mil viudas, 800 mil huérfanos millones de deudos. No. Es el marcador del juego de la muerte. Va ganando.
No debe uno tomarse a la ligera las palabras presidenciales, tiene información de primera mano, su palabra es de bronce sólido y si habla de complot, es porque hay complot en contra de él, por supuesto, por la dicha inicua de intentar hacerlo verse mal o mucho peor, poner en duda las bondades de la transformación del país que ejecuta resistiendo a pie firme el estruendo de porras, vivas y las cataratas de fragantes flores que el pueblo bueno le tributa.
Y tan es cierto que se conjuran en su contra que apenas el jueves pasado el herético INE hizo pública su decisión de quitar al Salgado Macedonio su candidatura a gobernador de Guerrero por disque haber violado la ley (no a varias mujeres, eso no importa, lo imperdonable es que no reportó sus gastos de precampaña, infame). Pero para eso tenemos Presidente: de inmediato pidió comedidamente al INE que se conduzca con rectitud porque hay un complot contra la 4T, eso es lo que se tiene que tomar en consideración. Se toma nota.
¡Pobre hombre nuestro Presidente!, acierta el Attolini al compararlo con Jesucristo, él también es ruina de muchos (Lucas 2, 34), sí, y para que no dude nadie, hace lo que Jesucristo, que no vino a traer la paz, sino la división (Lucas 12, 49-53). Pueden sentarse.
Los complots son su calvario. No hay medicinas para el cáncer porque hay un complot, empresas farmacéuticas conspiran en México y el extranjero para que el gobierno no pueda comprar medicinas para el cáncer (palabras de él, del 13 de octubre de 2020). También denunció el complot de la BOA el 9 de junio de 2020, para sacarlo del poder en 2022 (ni Dios lo mande). Y el 21 de octubre de 2020, reveló que en 2018 hubo otro complot de los conservadores contra su candidatura presidencial: Les voy a decir algo: hasta le propusieron a Carlos Slim que fuese candidato de unidad.
Experto en sortear complots, los detecta al vuelo, recuerde nomás cuando el 29 de julio de 2015 -desde Canduacán, Tabasco-, explicó que la salida de la selección del Piojo Herrera, fue un complot para desviar la atención sobre la fuga del Chapo y aseguró tener información de que el Presidente -Peña Nieto- y los secretarios de Gobernación y de Hacienda hablaron con los directivos de Televisa para que quitaran a Miguel Herrera como entrenador; son muy manipuladores, dijo. Amén.
También descubrió el complot de Hacienda y el INE en su contra (por supuesto), cuando en julio de 2018 el INE multó a Morena con 197 millones de pesos por el fideicomiso para damnificados del sismo que nunca se justificó y el INE (complotado), dijo que se gastó en la campaña presidencial. Igual detectó desde marzo del año pasado que hay un grupo que armó un complot para manipular a las mujeres que protestan (son tan tontitas) y desprestigiarlo a él, el primer feminista de México. ¡Sí!
Siempre a las vivas, el 29 de abril de 2017, envió una carta al presidente Peña Nieto, afirmando que los videos de Eva Cadena Sandoval recibiendo dinero en efectivo en tres ocasiones para la campaña de él, eran un complot en contra de él y de Morena.
Complots, complots, complots, su desafuero en 2005, los videos de Bejarano y Ponce, complots que él mismo explicó como un solo complot el 8 de mayo de 2009: El video escándalo, el intento de desafuero y el fraude electoral (de pilón), son tres eslabones de la misma cadena que confirma que hubo un complot para evitar que yo llegara a la Presidencia de la República, y que tiene como responsable a la mafia que ha intentado destruirme políticamente hablando. ¿Se fijó?: quedó confirmado.
Pero si es usted fifí, no se entusiasme, el Presidente no va a sufrir ningún descalabro en las elecciones a menos que se obrara el milagro de que todo o casi todo el electorado se tomara la molestia de ir a tachar una boleta el 6 de junio. No pasará.
Ya después de 2024 alguien recapacitará que tanto recurrir a complots para explicar fiascos, era prueba de cómo se puede llegar a subestimar la estupidez.