28 de marzo de 2024

¡Qué manera de perder!: La Feria

SR. LÓPEZ

Allá por los años 30 del siglo pasado, tío Geno se robó a tía Arte (Artemisa), con la más entusiasta y plena colaboración de ella. Entonces él tenía 23 y ella 15. Sabiendo los modos de los López, huyeron de Autlán y los familiares de él en Guadalajara, les recomendaron fueran a “la capital” (la hoy CdMx), donde sería más difícil los alcanzara el brazo ejecutor de la agreste familia de ella; así hicieron y ya nacidos tres de los cinco hijos que tuvieron (dos nenas y tres varoncitos), contrajeron nupcias y volvieron a bautizarlos, sin advertirle al cura que ya habían recibido las aguas purificadoras, porque querían nada más que el Acta no consignara que eran hijos “bastardos”. Bueno. Pasaron los años, crecieron los hijos y una noche, tío Geno advirtió que faltaba a la mesa su rutilante y cimbreante hija mayor. Tía Arte le hizo saber que el muchacho que la pretendía y que él no había autorizado fuera novio de la espectacular hija, se la había robado. Ardió Troya. Días después por telegrama, la espléndida chamaca, les comunicó: “Solicítoles permiso boda. Negado esperaremos mayoría edad” (siete palabras justas, la tarifa más barata). Tío Geno bramó, rechinó los dientes, se echó ceniza en la cabeza, rasgó sus vestiduras… y tía Arte, tan serena y sensata siempre, le dijo: -¡Ay, Geno!… te has hartado de contar cómo me robaste y con qué gusto me dejé robar… ahora, te toca apechugar… -y sí, apechugó, claro.

La democracia en México, avanza. ‘¡I’iñor!’. El respeto a las soberanías de estatales, también. Lo prueban la autonomía ‘in fraganti’ de los diputados de Baja California, quienes procedieron a bailarse una huaracha sobre la Constitución Política del país y extendieron (eso creen), el periodo de gobierno del próximo Gobernador ya electo; y la de los tribunos de Tabasco, cuyo pleno, ayer, modificó el Código Penal de Tabasco para castigar con penas de 10 a 20 años de prisión a quienes se manifiesten con marchas o bloqueos en las carreteras o impidan la ejecución de obras públicas.

Sobre la bajacaliforniana birria, nuestro Presidente se ha pronunciado quedito (el gober electo y retozón, es de Morena); mientras el país espera que la secretaria de Gobernación (sí, doña Olguita), niegue las acusaciones del presidente nacional del PAN, Marko Cortés, el de reflejos lentos (digo, se esperó de enero a julio para papalotear que le propusieron ‘catafixear’ el interinato en Puebla por la alargada de periodo en Baja California).

En cambio, ayer en su mañanera, nuestro Presidente sí de definió sobre el pavoroso caso del morenista Congreso de Tabasco, y aclaró que él tiene otros datos. Dijo:

“Tengo información, no es así, se está buscando corregir un vicio (…) No es para reprimir libertades, es para que no haya sobornos, que no se instaure el moche como forma de gobierno. Se acaba el moche, se acaba el huachicoleo”.

¿Sobornos?… ¿moche?… ¿huachicoleo?… se solicita traducción simultánea: se le preguntó si reprimir con penas de 10 a 20 de cárcel a los que se manifiesten con marchas o bloqueos en las carreteras o impidan la ejecución de obras públicas, era una ley represora, una “ley garrote” (o le revisan el oído o le ponen traductor).

Por supuesto las leyes vigentes en el país, no permiten que sean afectados los derechos de terceros por marchas o manifestaciones, pero, por supuesto, todos sabemos que es letra muerta. La aplicación de esas leyes resulta en males mayores. Ni modo, en lo que el país resuelve las carencias de 60 millones, hay que aguantar. Disculpe las molestias.

El primero en saberlo es nuestro Presidente, quien desde los años 90 del siglo pasado ha utilizado las marchas, bloqueos y plantones como método habitual de lucha (?). Recuerde el “éxodo por la democracia” de 1991-1992; la “caravana por la democracia” de 1994 que se instaló en plantón en la Zócalo de la CdMx;  los bloqueos a pozos petroleros de Pemex en Tabasco, de 1996; y ¡cómo olvidar!, el bloqueo en Paseo de la Reforma y el Zócalo de 2006, de la CdMx, que causó muchos daños económicos, provocó la pérdida de centenas de empleos, quiebra de pequeños comercios… ¡cómo olvidar!

Ahora, previendo lo que ya saben va a suceder por la construcción de la refinería de Dos Bocas, hacen esta ley… y no es uno sea mal pensado, así lo aclaró ayer también, la inefable señora Citlali Ibáñez Camacho (a) Yeidckol Polevnsky Gurwitz (quien tiene prohibido someterse a la prueba del detector de mentiras, porque lo descompondría y el analista acabaría con camisa de fuerza).

Lo que sorprende no es que el Congreso de Tabasco legisle con marro. Lo que asusta es lo burdo. Además: debiera saber que marchas, plantones y bloqueos siempre terminan en agua de borrajas, nunca pasa nada y siempre se sale con la suya el Supremo Gobierno… pero no quieren pagar el precio o saben que de plano no pasa examen la obra de Dos Bocas. Lástima.

Así las cosas, Morena (léase: el Presidente de la república), solito se ha puesto en posición de perder-perder, en modo ‘fracaso’: no hay manera de que la Corte apruebe la modificación de fantasía al periodo de gobierno en Baja California, y la ley garrote de Tabasco es un regalazo a los opositores, que de mil amores organizarán marchas, bloqueos y plantones, precisamente para eso, para tener decenas o centenas de detenidos, exhibir al gobierno ante el mundo y acabar ganando con la derrota… o doblar al gobierno si no se atreve a aplicar la ley. Por cierto: ¿y si el bloqueo es en carreteras federales, qué?… ¿también aplicarán una ley estatal?… ¿y si le zambuten el plantón en Reforma y el Zócalo de la CDMx, qué?

Por un lado: no se contiene ni altera la realidad emitiendo leyes; por el otro: ¿por qué no van a seguir el ejemplo de nuestro Presidente sus opositores? El caminito lo trazó él. Los atropellos a los derechos de terceros los beatificó él.

Y desde el cielo canta sentidamente Cuco Sánchez: “… pero si yo ya sabía, que todo esto pasaría cómo diablos fui a caer”. Sí, la inolvidable ‘¡Qué manera de perder!’

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