Donald Trump intentará este martes tranquilizar a un Estados Unidos ansioso, al que ha sacudido profundamente en cien días de una presidencia brutal y caótica, como un terremoto institucional cuyas réplicas se sienten en todo el mundo.
Creo que está haciendo un gran trabajo», aplaude Steve Camber, un enfermero jubilado de 60 años mientras espera a que comience el mitin del presidente en Warren, Michigan, cerca de Detroit, la ciudad norteña capital del sector automotor.
Los aranceles «van a ser un poco duros ahora, pero en el futuro todo será estadunidense», espera Sara Azar, de 55 años, mientras que Shah Mahdi, un camionero de 40 años, alaba a «un hombre que cumple su palabra». «Dijo que la frontera (con México) sería segura, y lo es», afirma.
Este martes Trump firmó un decreto para reducir el impacto económico de los aranceles «superpuestos» sobre los fabricantes de automóviles.
La tarifa aduanera del 25 por ciento para un vehículo importado no se sumará al 25 por ciento aplicado al acero o al aluminio, dijo un funcionario del Departamento de Comercio. Por el momento las piezas procedentes de Canadá y México quedan exentas de aranceles si entran dentro del tratado de libre comercio de América del Norte T-MEC.O lo hicimos, o estamos en proceso de hacerlo», aseguró el presidente estadunidense al salir de la Casa Blanca para asistir al mitin.
Ahora quiere centrarse en el Congreso, para aprobar «la mayor ley de la historia» del país en términos de bajada de impuestos y desregulación.
Por: Excélsior