26 de diciembre de 2024

LA FERIA:Tiradero

Sr. López.

Tía Soco (Socorro, obviamente), aun para el estándar de las señoras de Toluca, era escandalosamente sumisa al salvaje con que según ella, Dios dispuso que se casara y tuviera once hijos (cosa esta de la numerosa prole, en la que no tuvo nada que ver el Buen Dios, podemos sospechar).

Todo le aguantó al insoportable y grosero esposo. Parecía imposible que protestara por algo y así, ya para celebrar (es un decir), sus bodas de oro, la familia entera se fue de espaldas: tía Soco dejó al marido.

Luego se supo que el tipo ése le recortó el gasto y la tía reaccionó como leona. Hay cosas sagradas.Se entiende que el gobierno haga lo posible para matizar las noticias sobre el crimen organizado.

Ni modo que alentaran el desaliento general. Vale, claro, a condición de no desmentir la realidad y si al mismo tiempo se hace todo lo mucho que puede hacer el Estado para restablecer la seguridad pública.

No obstante y aquí entre nos, hemos de aceptar que la delincuencia organizada ya es una amenaza real y creciente al gobierno, a la gente, a México. Y más nos vale que la titular del Ejecutivo esté muy consciente de esto y sepa que los operativos a cargo de Omar García Harfuch (¡Batman no existe!), contra gañanes bota punta pa’rriba, no son la respuesta ni siquiera el comienzo de la lucha contra esto.

Por cierto, en un estado del sur (en Chiapas), les están dando una clasecita de cómo se hacen estas cosas.Podemos ser indulgentes con el discurso presidencial sobre su estrategia contra el crimen organizado, con la atención a sus causas, porque no puede descalificar a su antecesor, a quien debe estar donde está.

Se entiende.Sin embargo, es tragar una piedra de molino aceptar que contra los delincuentes, no usará la violencia (la del Estado, que es violencia legítima), porque según la Presidenta, eso provoca más violencia y en cambio, lo que hace es “proteger a la población”.

Esto es un pasaporte al infierno; los crudelísimos criminales mexicanos, no entienden sino el idioma de la fuerza, la severa acción del Estado, a dónde tope (se repite lo de Chiapas, sin cuentos).

Lo que permite dudar con fundamento, sobre las intenciones reales de la Presidenta, es la reducción del 40.46% del presupuesto del año próximo, para gasto en seguridad pública.

Por más que la señora lo niegue, como lo niega. El presupuesto efectivo en 2024 para seguridad pública, fueron 86 mil millones de pesos, para el año 2025, lo redujo a 51 mil 200 millones de pesos. Y que no nos vayan a decir que se debe “hacer más con menos”, esas son tontadas (por no faltarle al respeto a usted, poniendo el adjetivo correcto, pero rima).

La verdadera intención del gobierno federal, es disminuir la violencia que difunde la prensa, no combatir al crimen organizado. Por bien servidos se dan (por bien servida se da la Presidenta), si baja el reguero de cadáveres.

Lo festejarán a todo trapo.Pero aun si se obrara tal portento con tan peculiar estrategia, la amenaza seguiría ahí.

Las redes delictivas no van a abandonar su inmenso negocio, ni ellos ni sus cómplices, los verdaderos propietarios, que explican su existencia: el crimen organizado en gran escala como del de nuestro país, es imposible sin la connivencia de políticos, funcionarios, banqueros y la participación de empresas que no solo les lavan dinero sino que los administran, a menos que usted crea posible que un barbaján asesino de monte, puede manejar un negocio en más de 50 países y mover cantidades ingentes de dinero a través de la banca internacional… ¡por favor!, son tipos que difícilmente escriben su nombre.

El de tal tamaño el crimen organizado en México, que el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su informe de agosto del año pasado, dijo que somos el país con más flujo financiero ilícito del mundo.El Índice Global de Crimen Organizado de 2023, de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, coloca a México en el primer lugar mundial en “Mercados criminales”.

El año pasado la revista Science publicó el estudio que hicieron especialistas que no babean el escritorio, que saben del asunto -Rafael Prieto-Curiel, Gian Maria Campedelli y Alejandro Hope-, y sus estimaciones son de terror: entre 160 y 185 mil integrantes de las 150 bandas activas del crimen organizado, sin contar campesinos ni comunidades que controlan.

Según la DEA son más criminales, bien pueden serlo, pero si fueran esos, resultan casi los mismos que toda la industria de bebidas y tabaco en México. (Y hay que creer que están escondiditos, que las autoridades las pasan canutas para encontrarlos, cosa inverosímil, hágase de cuenta que la Bimbo o la Coca-Cola, fueran ilegales y pudieran trabajar clandestinamente… imposible).

Ese estudio también alerta sobre la ineficacia de detener y encarcelar criminales, que se traduce en más reclutamiento y violencia.

Eso solo es eficaz si simultáneamente se detiene, procesa y encarcela a los verdaderos propietarios del negocio, esos que ya mencionamos arriba. Sin eso, todo quedará en agua de borrajas.

No es esto algo que se pueda diferir. El costo del crimen organizado ronda el 20% del Producto Interno Bruto del país.

De ese monstruoso tamaño es el problema, está frenando la economía nacional en esa gigantesca proporción.Repite su texto servidor que no tiene ni la menor idea de cómo se combate al crimen organizado, pero sí sabe tres cosas: Una: la autoridad en materia de seguridad pública, debe dar miedo; si no, da risa. Dos: si se estrangula el manejo del dinero de los criminales de campo, su fétido negocio deja de ser negocio. Y tres: si los que hacen viable esto desde puestos de gobierno, bancos y empresas, ven como real la posibilidad de ir a la cárcel, entrarían en varas muertos de miedo, es infalible, el miedo es lo único más veloz que la luz.

Bueno, doña Sheinbaum, como dijo su mentor, sin seguridad pública no hay 4T… no hubo, así que nada de segundo piso, a su gobierno toca levantar el tiradero.

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