2 de enero de 2025

LA FERIA: Vergüenzas

Sr. López.

Tío Manolito -del lado materno toluqueño-, se fue a los EEUU en los años 30 del siglo pasado, contratado por la CBS como locutor en español -de los locutores de antes, que daba gusto oír y muy educados-; de ahí pasó a la Voz de América, transmitiendo desde Nueva York a toda América Latina.

En los primeros años 50, se fue a vivir a Dallas, puso un cine y se hizo rico. Tuvo dos hijos y bueno que era, a lo largo de los años recibió a unos 17 sobrinos a los que pagó su educación. La familia lo quería mucho.

El único problema fue con tío Rubén que le mandó a sus cuatro hijos y cuando el primero terminó sus estudios y lo iba a regresar, le dijo que ni lo pensara, que era su obligación quedárselo a ese y los otros tres.

Tío Manolito sin discutir, colgó el teléfono, trepó a los cuatro chamacos a un avión y avisó por telegrama cuándo llegaban. Jamás volvió a recibir otro sobrino. Rigurosamente cierto.

El gobierno federal anunció ayer que intensifica sus esfuerzos para proteger los derechos de los migrantes mexicanos en los EEUU ante las amenazas de deportaciones masivas del tal Trump.

Lo dijo la Presidenta en su madrugadora y agregó que su gobierno está preparado para apoyar a los migrantes y brindarles asistencia legal y social, con especial énfasis en los millones de inmigrantes ilegales en ese país.Que nuestro gobierno brinde protección y apoyo a los mexicanos que residen legalmente en otro país, está requetebien. Es su obligación.Sí llama la atención que nuestro gobierno ponga “especial énfasis” en la defensa de los que violando la ley, por sus purititos pantalones, se fueron a meter a otro país, adquiriendo por ese solo hecho la calidad no de “inmigrantes indocumentados” ni “irregulares”, sino de inmigrantes ilegales, que es lo que son por no llamarlos delincuentes, que delincuente es quien viola la ley.

Y en los EEUU tienen la ‘Ley de Inmigración y Nacionalidad’ (‘Immigration and Nationality Act’), con todo un capítulo sobre el ‘Procedimiento para otorgar estatus de inmigrante’ (Título II, Código 8 U.S.C. 1154, para que no batalle), ley en la que está prevista la admisión de refugiados, su admisión en casos de emergencia y el otorgamiento de asilo.

No es correcto presentar a las autoridades de otro país ante la opinión pública en México, como agentes de la Gestapo por querer aplicar sus leyes. Faltaba más.No propone este menda que a los inmigrantes ilegales se les trate como criminales peligrosos, ni que se les veje ni se violen sus derechos humanos, cuantimenos que los enchiqueren en cárceles ni separen familias. No. Claro que no. Pero sostiene López que tengan los derechos que tengan como personas que son, el derecho que no tienen es a quedarse en un país a la brava, violando su ley; que sea abrumadora la mayoría de gente buena y trabajadora, entre esos inmigrantes ilegales, no les otorga ese derecho.

Nuestro gobierno federal asegura que ya prepara una red de apoyo y a centenares de abogados, para defender a los inmigrantes en general y a los ilegales en particular, para que no sea deportado ninguno sino después de un juicio y por mandato de un juez.

Eso se llama dar la lata.Se entiende que nuestro gobierno no puede anunciar con toda dignidad, que impedirá que se violen los derechos de los inmigrantes legales y que velará porque reciban buen trato los ilegales, que procederá judicialmente contra cualquier agente o autoridad que viole sus derechos humanos y obtendrá en su beneficio, abultadas compensaciones económicas (eso sí le duele al tío Sam), y que… son bienvenidos de regreso a su patria.No pueden decirlo porque la verdad, la verdad, no son bienvenidos, en todo caso no le queda a nuestro gobierno sino verlos regresar a México, sabiendo que acá no hay empleo y que no les puede otorgar seguridad.

Y se van por eso, por hambre y por miedo a la delincuencia organizada y ni una ni otra cosa están resueltas.Dice nuestro gobierno que en EEUU hay 38.4 millones de migrantes mexicanos y que 4.8 millones están “sin papeles oficiales”, sin aclarar si son aparte.

La gran pregunta para este segundo gobierno de los otros datos, es cómo saben cuántos inmigrantes ilegales de nosotros hay allá, porque siendo ilegales, no registran su salida de México ni su entrada al país vecino. Averígüelo Vargas, diría doña Chabelita.

Sin ser oficiales las cifras, algunos especialistas en el tema, estiman -considerando el crecimiento de las remesas de los últimos cinco años-, que los inmigrantes ilegales mexicanos en EEUU, son entre 11.5 y 13.6 millones de personas. Algo de cierto puede ser: en 2018, las remesas a México fueron 33,677 millones de dólares, en el 2023, fueron 63,312 millones de dólares, casi el doble (el 87.99% más por si es usted el preciso); y coincide el dato con las cifras de nuestro gobierno: las remesas en 2019 fueron el 2.8% del PIB y en 2023, ya el 4.2% del PIB.Sea lo que sea, sin esas remesas nuestra economía crujiría, se dislocaría. Y eso lo sabe el renegrido tío Sam y ahí pueden apretar, amenazando con sacar una ley que obligue al que manda el dinero a identificarse y dar constancia de domicilio, aparte de aplicarles algún impuesto por el envío (ya lo propuso el vicepresidente electo J.D. Vance y su jefe, el Trump lo planteó en 2019, aunque no lo hizo). Mucha gente en México las pasaría canutas.

Los clamores de nuestra Presidenta y su Canciller, sobre la importancia de los inmigrantes para la economía de los EEUU, da ternurita. La monstruosamente gigantesca economía del vecino, aguanta eso y más, aparte de que no son tarugos como para deportar a los trabajadores que necesitan. Lo ha dicho el Trump: va primero por los ilegales que han cometido delitos allá.

Pero nuestras autoridades hasta calcularon cuántos impuestos pagan allá los ilegales, lo que prueba su capacidad de mentir: eso no lo saben ni las autoridades de los EEUU… de veras, que alguien les explique que en la Casa Blanca no ven las mañaneras y francamente, mejor, que ni se enteren. No gana uno para vergüenzas.

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