Sr. López
Se lo conté hace mucho: tío Macro, de los de Autlán, era un gigantón, macho de diccionario enciclopédico, con fama de que mató una res de un puñetazo en la testuz, al que los valentones del pueblo no le sostenían la mirada y se bajaban de la banqueta para darle paso.
Bueno, pues el tío decía de vez en vez “en mi casa mando yo” y tía Catarina, su menudita y linda esposa, siempre agregaba muy sosiega: -Y yo no obedezco –era cierto y se entendían muy bien (14 hijos, usted dirá).
Es ocioso repetir que la cosa está que arde por la reforma al Poder Judicial, disparate supremo del Presidente saliente (ya nada más otros 24 días, ¡qué nervios!), sonoramente apoyado por la Presidenta entrante.
Él, que se despide tocando el pandero y ella, que llega bailando al son de su mentor.El partido en el poder junto con sus comparsas, están empeñados en un torneo de triunfalismo y atropellos, pandos de gusto de poder hacer a la Constitución y las leyes, lo que le venga en gana a su temido líder, porque el impúdico y empalagoso amor de telenovela que le profesan, este menda se lo come en taco, es miedo, saben de qué es capaz, y en el camino expolian a la nación, seguros de la impunidad a toda prueba con que este Presidente obsequia a sus avasallados, leales y obedientes servidores.
¡Es un honor estar con Obrador!Y desde otros países nos ven con más sorpresa que ver a un pez con lentes oscuros asoleándose en la playa. ¿Qué les pasa?, se preguntan. Piensan que de veras nos gusta preocuparnos a lo tarugo o que somos teatreros.
El partido en el poder no tiene los votos necesarios para conseguir la aprobación de los malévolos caprichos del huésped de Palacio. No, no los tienen en la Cámara de Senadores, les falta uno y si ahí no se aprueban las extravagancias presidenciales, ahí mueren, sin que tenga efectos el correspondiente ciclón de babas del poeta del insulto (Gabriel Zaid, ‘dixit’, no anda uno robando frases).
¿Entonces por qué este clima de derrota?… ¡ah!, porque sabedores de la integridad todo terreno de nuestros gallardos tribunos, estamos seguros que el voto de la oposición que les falta a los morenistas, lo consiguen más fácil que una bailada con la Rompecatres, en su lugar de trabajo.
Las reformas constitucionales solo se aprueban con el voto a favor de dos terceras partes de ambas cámaras y la mayoría de los congresos locales, como dice el artículo 135 de la Constitución: “(se requiere) el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes (…) y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas de los Estados y de la Ciudad de México”.
Sobra decir que se pueden aprobar por más, por ejemplo, por unanimidad.
Les falta un voto en la Cámara de Senadores, porque son en total 128 senadores; dos terceras partes son 85.33 senadores, por lo que siendo imposible que vote un 0.33 de Senador, se requiere del voto de 86.
Morena & Cía. ganaron 83 curules pero tienen 85 gracias a que se pasaron de su lado dos perredistas.Se lo digo porque ya empezaron los cuatroteros en la Cámara de Senadores, a decir que no, que como es 85.33, baja a 85, y que solo si fuera 85.5, subiría a 86, como si fueran calificaciones de la Primaria Mi Arbolito.
Muy desesperados deben estar para andar en estas.Obviamente no es la primera vez que algún prófugo del ácido fólico, sale con esa manera de interpretar a su conveniencia la Constitución.
Por eso repetidamente, la Suprema Corte ha fijado el criterio (sentencias 39/2005, 110/2006 y 121/2020 y parece que otra, una acumulada, la 125/2020), de que los votos de los legisladores son indivisibles y que las fracciones deben ajustarse al alza, no a la baja, “no puede adoptarse una aproximación por defecto, sino que tiene que acogerse una por exceso, que lleve a ajustar el número resultante al entero inmediato superior”, estableció el Pleno de la Corte; por eso mismo la Constitución dice “los individuos presentes”, ¿sabe por qué?, porque ‘individuo’ es del latín ‘individuus’ ¡indivisible!, por eso en el diccionario dice que “individuo es individual, que no puede ser dividido”.
No hay fracción de legislador.Encima de todo eso, el Sistema de Información Legislativa del propio Congreso dice muy clarito en sus documentos que “en la Cámara de Senadores se requerirían 86 de 128 legisladores para lograr dicha mayoría” (la calificada). Punto redondo.
Aun así habrá quien diga que se podría bajar de 86 a 85. Bueno, la Constitución dice “dos terceras partes”, eso es el 66.66%… y 85 de 128 senadores, es el 66.40%, ya no da el 66.66%, no alcanza a las dos terceras partes.
En cambio, 86 es el 67.18% y se cumple la norma. Le guste o no a los cuatroteros (no les gusta), no tienen la mayoría calificada en el Congreso, al no tenerla en la Cámara de Senadores.
Y de eso de que no va a faltar el tipo (tipa), que venda, rente o preste su voto o su ausencia para que le salgan las cuentas a Morena, parece que se está complicando. Tal vez PAN, PRI y MC, ya se dieron cuenta que es su oportunidad de hacerse valer ante la aplanadora oficial y de recuperar algo de prestigio, algo.De los senadores del PAN y de MC es de los que menos se duda, es al PRI al que todo México mira con recelo, pero ayer dieron conferencia de prensa con todos sus senadores (menos uno que está malito), y dijeron que no se rajan.
Aparte (nota de Latinus), “los coordinadores de la Oposición, del PAN, Marko Cortés, del PRI, Alejandro Moreno, y de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, denunciaron que han recibido presiones y amenazas de la mayoría de Morena para que voten a favor de la reforma, ya que les falta solo un senador”.
Dijo Alito que les están ofreciendo “decenas de millones de pesos” a los suyos. ¡Qué feo que calumnie a los honorabilísimos morenistas!El asunto importa mucho porque entre otras cosas, impediría el regreso del régimen de partido único y doña Sheinbaum tendría que empezar a dejar de imitar el autoritarismo de su jefecito chulo y ver que aunque se enchile, gobernar no son enchiladas.