Sr. López
Tío Toño era tipo sosiego, muy trabajador y de no alegar. De jovencito puso una vidriería de barrio. Después de deslomarse decenios se volvió majaderamente rico y el localito en que empezó, ya era una tienda inmensa con flotilla de camiones de reparto. Así, una vez se llevó la sorpresa de que le habían hecho huelga porque el organizador del desaguisado convenció -no a todos pero sí a muchos-, de que sin ellos él no se hubiera hecho rico. Tío Toño era de no alegar: los indemnizó y cerró el negocio. Punto redondo. Se le hincaban para que se echara para atrás. Abrió otra vidriería de barrio, le gustaba el oficio. Tan fresco.
Los mexicanos disfrutamos los chistes en que un connacional nuestro, chaparrín con sombrerote, en la mera frontera, se burla de un yanqui gigantón, le toma el pelo, le gana, se lo friega. Bueno, es una manera de canalizar el complejo de inferioridad o si se oye muy feo, de desquitarse, porque es la hora que en la realidad, no les hemos ganado una.
Voces de alto octano, proclaman que la economía yanqui sería una birria sin los trabajadores ‘latinos’, aludiendo a los mexicanos, migrantes o nacidos allá. Sacan pecho, ya se fregaron los gringos, nos necesitan, dependen de nosotros (bueno, de los mexicanos que están allá).
Gente seria afirma que los ‘latinos’ (lo que incluye a los que no son mexicanos ni de origen mexicano), si fueran un país, serían la quinta economía más grande del mundo (¡olé!), que en 2024 contribuyeron con más de 4 billones de dólares (millones de millones) al Producto Interno Bruto (PIB) de EUA; que el PIB ‘latino’ allá, es más del triple que el PIB de México, mayor que el de Francia, Gran Bretaña e India (aquí se hace la ola).
Eso de los 4 billones de dólares de aportación ‘latina’ al PIB yanqui, no tiene uno manera de confirmarlo, eso estiman dos universidades, la UCLA (University of California, Los Angeles), y la California Lutheran University, supongamos que muy bien estimado. Démoslo por bueno: los ‘latinos’ aportan 4 billones de dólares. ¡Padre!
En los EUA habitan 65 millones de ‘latinos’. De origen mexicano son 39.9 millones y de esos, 12 millones son migrantes (de los que 7.6 millones dijeron tener empleo en 2024). O sea: casi 28 millones de la población con sangre mexicana, son ciudadanos de los EUA, nacidos allá de primera, segunda y tercera generación.
Y borre usted de su mente eso de los 4 billones de dólares. El PIB de la población con origen mexicano, migrantes y nacidos allá, fue casi la mitad, 2.06 billones de dólares el año 2022, según informó el 28 de abril pasado, en Palacio Nacional ante la Presidenta de la república, la Latino Donor Collaborative, con cifras oficiales del gobierno de EUA. Es dato duro. Es mucho, pero menos de la décima parte del PIB de los EUA (ese año, 26.01 billones de dólares, según el Banco Mundial).
No es por aguarle la fiesta a ningún tenochca con sombrero de ¡Viva México cab…!, pero ni esos 2.06 billones de dólares son gracias al trabajo esforzado de los migrantes mexicanos, que en esa cifra está incluido lo que producen los estadounidenses de origen mexicano, pero estadounidenses ya por generaciones. Los 7.6 millones de trabajadores migrantes mexicanos, según la misma Latino Donor Collaborative, contribuyeron a producir ese año 0.781 billones de dólares (el 3% del PIB de allá, se repite, con cifras oficiales de EUA).
Las notas de prensa con firmas de esas de señores muy prestigiados, hay que leerlas despacio. No mienten pero a veces, sin mala intención, va usté’ a creer, facilitan que nosotros los del peladaje nos quedemos con ideas un poco peores que mentiras redondas.
Y se dijo “contribuyeron a producir”, porque lo producen trabajando para patrones, empresas y negocios de allá. Se necesita estirar mucho la liga para considerar que es producido por ellos, no, contribuyen a producirlo trabajando para otros, eso sí.
Ha declarado la presidenta Sheinbaum: “Las mexicanas y mexicanos que están en Estados Unidos sostienen la economía de Estados Unidos (…) Estados Unidos no sería lo que es, si no fuera por un pueblo trabajador que se va a allá a ayudar”.
¿De veras señora?, allá hay 7.6 millones de trabajadores migrantes mexicanos que producen el 3% del PIB yanqui; y la masa laboral en EUA son 162 millones de trabajadores. Señora, no tenemos al tío Sam por las barbas, no hay que sacar pecho a lo tarugo. Ni “movilizarse”, digo.
El flujo migratorio hacia EUA disminuyó muy drásticamente a partir del año 2000 (un 66% más o menos), se llegó a hablar de migración cero, muchos mexicanos regresaban a su país.
Cuando asumió el poder el Señor de los Abrazos, en los EUA había un estimado de 4 millones 82 mil 825 migrantes nuestros, ahora son 12 millones. Casi ocho millones se fueron de México desde 2019… qué desagradecidos con la 4T, de veras.
Fue tan imposible de ocultar ese incremento de mexicanos yéndose de México, que el propio mentor de la señora del bastón de palo, que lo llama sin rubor “el mejor Presidente de la historia de México”, lo reconoció el 1 de diciembre de 2023 (claro, nada más aceptó un incremento del 31%, porque si no miente se le revientan las venas del cuello).
Es discurso insistente de doña Sheinbaum, su respeto y cariño por nuestros migrantes. Bueno, señora, está bien, pero se aclara: no migran, huyen, escapan corriendo riesgos hasta de muerte; todo es poco con tal de dejar atrás sus vidas de miseria.
Cada mexicano que abandona nuestro país, es un fracaso, pero no de nosotros como país, no, fracaso de un gobierno que lejos de significar alguna mejoría en algo, empeoró las cosas, todas las cosas, la principal la inseguridad pública. Y no regresa a su patria esa maravillosa fuerza de trabajo que sostiene a la economía de los EUA, porque acá los espera el crimen, la precariedad, el desempleo, la insalubridad, la falta de futuro.
Cada elogio oficial a los que ya huyeron de México, es mendaz, ni piensan en ellos, ni les importan. Dicen defenderlos allá cuando no los defendieron acá. Qué caradura.