Sr. López
Tío Alfredo guardó cama casi tres años, enfermo de varias cosas, ninguna grave, pero el viejo daba lata de un hilo (encima, no tenía un peso y los mantenía tía Rosita, la que murió a los 117, décadas después que él). Tía María Luisa, su santa esposa, lo cuidó, le toleró sus malos modos y durmió sentada al lado de la cama todo ese tiempo, por exigencia de él, que no permitía que se acostara por si se ofrecía algo; así era el tío. Cuando, ¡por fin!, parecía que iba en serio que se moría, con todos sus hijos en torno a la cama, le dijo a tía María Luisa que le jurara que nunca lo iba a olvidar
y ella, entrecerrando los ojos, casi sin separar los labios, le dijo: -Eso sí te aseguro, Alfredo, eres inolvidable el viejo sonrió torcido muy satisfecho y en pocos días más se presentó a los trámites correspondientes ante el Creador. No hubo Dios que hiciera a la tía estar en el velorio, ni en el funeral. Era inolvidable.
Finalmente, no fue el sábado sino el viernes pasado, la inauguración de la refinería Olmeca, orgullo de Paraíso. Así se hizo coincidir el evento con la conmemoración del día en que el Presidente fue elegido. Está bien.
La 4T tiene una rara histeria por la historia. Califican de histórica tanta cosa que lo obligan a uno a reflexionar en que la calidad de histórico no hace distinción entre lo bueno y lo malo, que igual es historia el asesinato de Kennedy que la invasión a Normandía, las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, que la coronación de la reina Isabel II o una pelea del Canelo.
Lo peculiar es que la 4T hace históricas cosas que no son realmente reales, lo que es imposible de conciliar, porque es histórico un suceso, un hecho, no una fantasía ni una media verdad.
No es histórica, como pregonaron, la eliminación del fuero presidencial, que sigue intacto; tampoco el convenio firmado con la ONU para la compra de medicamentos, porque no se compraron todos sino más bien, pocos; menos real es el histórico salto de la confianza ciudadana en la lucha contra la corrupción proclamado en noviembre de 2021; para ni mencionar la exaltada afirmación en el tercer informe de gobierno, sobre la autosuficiencia del país en producción y consumo de gasolinas, exclamando el Presidente: ¡Tengan para que aprendan!
pues sí, se aprende.
Y ya hablando de ese informe, acomoda recordar que el Presidente proclamó varios récords históricos, como el volumen de las remesas (cosa que solo prueba que muchos mexicanos huyen de México a buscar trabajo); la no devaluación del peso que no se puede devaluar porque es una moneda en flotación, pero sí ha bajado de valor; el índice de la Bolsa de Valores, que es cosa de empresarios; el no incremento de deuda que sí crece como informa Hacienda
en fin, hacen lo que pueden pero la propaganda no hace historia. El veredicto inapelable de la Historia llegará después… y les preocupa, se nota.
En su sencillo pero sentido discurso de inauguración de la refinería Olmeca, que ya se terminará cuando se pueda y funcionará cuando se deje, el Presidente aprovechó para aclarar al respetable, que su gobierno no escuchó el canto de sirenas que pronosticaban fin de la era del petróleo. ¡Padre!… ahora más nos vale que se amortice rapidito la Olmeca, porque como informó La Jornada, el pasado 23 de junio, el compromiso de México en el T-MEC es tener 80% de automóviles híbridos
en cinco años, o sea, en 2027, lo que aprieta mucho los tiempos, pues dicen los que dicen que saben (El Financiero, 11 de mayo pasado), si todo sale conforme a la hoja de ruta, el primer barril de petróleo de Dos Bocas saldrá (refinado) hacia agosto de 2024
y peor está el informe de la agencia Reuters, en el que se afirma que el complejo Olmeca, operaría al 80% de su capacidad, en el mejor de los casos, a fines del 2025. ¡Híjoles!, lo bueno es que no vamos a cumplir el plazo conservador-fifí-aspiracionista del T-MEC. Lero, lero.
Solo para ratificar las negras intenciones de los enemigos de la 4T, la agencia Bloomberg publicó el vienes mismo, que Francisco Javier Vega Rodríguez, auditor en jefe de Petróleos Mexicanos (Pemex), nombrado en 2018 por el gobierno de López Obrador, renunció a su cargo en diciembre del año pasado por preocupaciones relacionadas con sobrecostos en la construcción de la refinería Olmeca, y porque PTI Infraestructura de Desarrollo, filial de Pemex responsable de la obra de la Olmeca, le negó acceso a los contratos para hacer la auditoría financiera del proyecto. Ya renunciado don Vega, se otorgaron 100 contratos más para la construcción de la Olmeca. Ya en confianza la cosa.
El reportaje de la pérfida Bloomberg, tan injustificadamente respetada en el mundo de la información y las finanzas, sostiene que los expertos advirtieron al inicio de las obras de la refinería Olmeca, que no era realista el presupuesto de 8 mil millones de dólares del gobierno mexicano y (abróchese el cinturón), que de acuerdo a sus investigaciones el costo actual de su construcción se acerca a los 18 mil millones de dólares (360 mil millones de pesitos), pero sostiene (¿sí se abrochó el cinturón?), que este NO será el costo final de la obra. Lo que sea, resígnese a no saberlo hasta el 2025, porque quien sea que ocupe la presidencia, no se va a echar encima la responsabilidad de ocultar una vaca podrida en su despacho.
El costo de la refinería puede ser histórico como también ya es histórico que se haya inaugurado sin estar terminada
y sin la infraestructura para sacar lo que refine cuando refine: no hay ducto y las opciones son por carretera, con cerca de 1,600 pipas, o por barco, sujeto a las condiciones del clima, los huracanes y esas cosas
Nada arredra al Presidente que insiste en ponerse a sí mismo la vara muy alta, que eso explica su declaración de que el compromiso es ser autosuficiente y dejar de comprar gasolinas en el extranjero para el 2023 y eso lo vamos a cumplir.
Cada quien se mete a la historia como quiere. Y este gobierno no le hace ascos a hacer historieta.