La noche de Halloween se ha convertido en una de las tradiciones más emblemáticas del año, al igual que la Navidad, el Carnaval o la Semana Santa. Asociada sobre todo a la cultura norteamericana, la festividad de Halloween se ha ido extendiendo por diferentes países, pero no todos saben que el verdadero origen de esta tradición viene de la cultura celta y su festival de Samhain. Esta noche, asociada a elementos de terror y espiritualidad, se celebra año tras año el 31 de Octubre, y se ha ido entremezclando poco a poco con el Día de Muertos, tan común en México, pero ¿realmente tienen algo que ver un evento con el otro?
Samhain, tradición celta
En Gran Bretaña e Irlanda, Samhain se consideraba el momento en que las barreras entre nuestro mundo y el inframundo podían ser atravesadas, así los espíritus podían vagar libremente por la tierra. Se comenzaron a encender hogueras para protegerse de espíritus malignos y a vestir disfraces de fantasmas y espíritus para confundirlos y evitar sus ataques. Las hogueras, como daño colateral, atraían insectos, que a su vez atraían murciélagos, y poco a poco se fue creando la iconografía tan típica de Halloween.
Fue algún tiempo después, en el siglo IX, que la Iglesia cristiana decidió adaptar las tradiciones de Samhain para su propia celebración del Día de todos los Santos, que tiene lugar el 1 de Noviembre, y en la que se homenajeaba a los santos conocidos y desconocidos y a los difuntos de la familia. Así, el término Halloween surge como abreviatura de la expresión Todos los Santos en inglés (Halloween = (Todos) Hallow(s) E(v)en(ing)).
Halloween llega a América
Estas tradiciones llegaron a Estados Unidos en el siglo XIX de la mano de los inmigrantes irlandeses, junto con la calabaza decorada como una cabeza y empleada como linterna, un homenaje a la leyenda irlandesa de Stingy Jack, conocido posteriormente como Jack o Lantern, quien fue condenado a vagar noche tras noche provisto de una linterna tras burlar al diablo en 3 ocasiones.
Poco a poco, la celebración de Halloween ha llegado a casi todos los rincones del planeta, y paralelamente a ello, el Día de Muertos ha ido cobrando cada vez mayor protagonismo en todo el mundo, hasta el punto de que en el año 2008 la Unesco declaró la festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de México. En las fiestas ya es igual de común ver calabazas y catrinas, pero ¿qué tiene realmente que ver la celebración mexicana con la de origen celta?
Día de Muertos, origen prehispánico
El Día de Muertos se celebra el día 2 de Noviembre, aunque realmente la preparación de la fiesta comienza los tres últimos días del mes de Octubre, y de ahí que al ser fechas casi coincidentes, muchos lleguen a confundirlas. En el caso de esta celebración de origen prehispánico representa el retorno de las ánimas de los difuntos, que regresan al mundo de los vivos, para convivir con los familiares y disfrutar de las ofrendas y altares que estos construyen en su honor. Incluso se deben esparcir pétalos de flores y colocar velas para trazar el camino que deben recorrer sus almas para que no se pierdan al regreso de la casa de los familiares al panteón (esta es una antigua tradición, pero ya el camino no se traza completo).
A diferencia de Halloween, el Día de Muertos no incluye elementos de terror, sino mucho colorido que se aprecia en sus altares a los difuntos, las calaveras decoradas, los adornos de papel y las frutas caramelizadas. Para celebrar la ocasión, cada año se organiza un Desfile de Muertos que recuerda más al Carnaval que a una noche de miedos. El personaje simbólico del Día de Muertos es la Catrina, un esqueleto femenino vestido de manera festiva, que ha dado lugar a disfraces y maquillajes muy vistosos. El manjar que no puede faltar en esta ocasión es el famoso Pan de Muerto.
Influencias del catolicismo
Las tradiciones católicas también han introducido variantes en el calendario del Día de Muertos típico mexicano. Así, esta celebración se dedica el día 1 de Noviembre a Todos los Santos pero concretamente a los difuntos niños, rindiendo homenaje el día 2 a los difuntos adultos. La interacción entre los elementos culturales mayas, aztecas y católicos se puede apreciar en otras festividades mexicanas que se diferencian sutilmente de las mismas en otras partes del mundo. Ejemplo de ello son la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de Diciembre), la temporada de Adviento (16 a 24 de Diciembre), las fiestas navideñas propiamente dichas (Navidad, Año Nuevo y Día de los Reyes Magos, que abarcan del 26 de Diciembre al 6 de Enero) y el Día de la Candelaria (2 de Febrero). El Día de los Reyes Magos se celebra en algunas partes del mundo, como España, más que Papá Noel. De España también es muy típico jugar el famoso Gordo de Navidad, lotería tradicional del 22 de Diciembre que empieza a darse a conocer en otros países. Las loterías en fechas cercanas a la Navidad o el Año nuevo existen en otras partes del mundo, pero como tradición cultural, España le da un valor añadido.