Ernesto Gómez Pananá
La Divina Comedia es la máxima obra literaria en italiano y también una de las obras cumbre de la literatura y la cultura universal. En ella, su autor es a su vez el l protagonista, un Dante Alighieri atribulado y apasionado, perdidamente enamorado de Beatriz y que con 35 años, se asume a la mitad de su vida y decide realizar un viaje de encuentro espiritual. Su ruta inicia en una selva oscura y al poco de haber iniciado el camino se encuentra con Virgilio, el poeta romano, quien se convierte en su guía.
De la mano de Virgilio, Dante conoce de pecados y pecadores, de castigos, de egoísmos y vanidades, de ambiciones desmedidas y envidias patológicas.
En el fondo, la enormidad de La Divina Comedia radica justamente en la portentosa capacidad de su autor para metaforizar respecto de lo que somos los seres humanos: entes caminantes en búsqueda de la felicidad que en el transitar podemos acertar y errar en una ruta que dura lo que la existencia dura.
La divina comedia metaforiza respecto de aquello que en el catolicismo se supone que pasa después de la muerte -infierno, purgatorio, paraíso-, pero que al final no es sino una figuración de lo que sucede en el aquí y el ahora de cada ser humano mientras vive su vida y, a menos que alguien padezca depresión o alguna otra condición psicológica no regular, todos buscamos alcanzar “el paraíso”.II.
Esta semana, por la prensa supimos de la historia de “otro Dante” uno de muy corto caminar por esta vida y que fue ultimado -vaya paradoja-, en El Paraíso.
La vida de Dante, el de Paraíso, debió ser como debiera ser la vida de todos los niñas y niñas del mundo y de nuestro país, una vida en la que puedan tener cariño, comida, educación, salud, esparcimiento.
Por desgracia no fue así, la vida de Dante, el de Paraíso no fue divina ni mucho menos comedia.
La vida de Dante, el de Paraíso, es más bien una dolorosísima tragedia. A Dante el de Paraíso lo asesinaron de tres balazos afuera de su casa.
Tenía doce años, estudiaba primero de secundaria y al sentirse herido, lo último que alcanzó a decir fue “no me quiero morir”.
Los adultos no pudimos garantizarle un mundo ni un país de paraíso. Dante murió en el infierno.
Oximoronas 1.
Vergonzoso ver la clase de “servidores públicos” que Chiapas exporta: Quintana Roo, antes Puebla. Mismo modus operandi. Delincuencia organizada, uniformada, empoderada y desvergonzada.
Oximoronas 2.
De acuerdo a datos de la Red por los derechos de la infancia en México, en lo que va del año 2024 han sido asesinados 181 niños y niñas. Cuatro mil ciento dieciséis de diciembre de 2018 a la fecha. No es un asunto de partidos ni de política. Es un asunto de adultos incapaces de garantizar a niños y niñas un mundo en el que puedan vivir y ser felices. Merecemos quedarnos en el purgatorio por la eternidad.
Oximoronas 3. La próxima presidenta de México cerró campaña en Tuxtla hoy. Momento histórico: sucesión de poder inter-Morena. Dentro de una semana a esta hora, el arroz ya se habrá cocido.