José Antonio Molina Farro
“La vida puede ser mucho más amplia, una vez que descubres un hecho sencillo. Y es que todo cuanto te rodea y que tú llamas vida lo ha inventado gente que no es más inteligente que tú. Y tú puedes cambiarlo. Puedes influir en ello…una vez que hayas comprendido esto, ya nunca serás el mismo”. Steve Jobs
Hay constructos mentales sobre el mundo en los que hemos decidido creer. Cambian, se encogen, se expanden cuando las culturas, ideologías, opiniones, bailan y chocan entre ellas. Nuestras creencias son como órdenes incuestionables que nos dicen como son las cosas, lo que es posible o imposible, lo que podemos y no podemos hacer.
Modelan cada acto, cada pensamiento y cada sentimiento que experimentamos. Desde el momento en que nacemos nos encontramos nadando en el espacio cultural. Modelos, mitos, ideas que se transmiten de generación en generación. Democracia liberal, religión, socialismo, estatismo, economía de mercado, amor, matrimonio, dinero, etc. Aquí me interesa resaltar, en el invierno de mi vida, y también por descarga emocional, el tema de la espiritualidad, la pérdida y cómo llegar a la esencia de mi ser. Eso me provoca, a eso me convoca mi condición actual.
Ken Wilber, uno de los más grandes filósofos vivos escribió un fascinante ensayo llamado Egolessness (falta de ego): “El ser humano típico quiere que el sabio espiritual sea {menos que persona}, que de algún modo esté desprovisto de todos esos impulsos desordenados, complejos, sustanciosos, vibrantes, palpitantes anhelantes y urgentes que mueven a la mayoría de los seres humanos…deseamos que nuestros sabios sean a este respecto totalmente puros. Y esa ausencia, ese vacío, ese {menos que personal} es lo que a menudo entendemos por {sin ego}. Pero {sin ego} no significa {menos que personal} significa {más que personal}. Equivale a todas las cualidades personales que más alguna transpersonal. Los grandes santos, yoguis y sabios agitaron el mundo a su manera, y no por un sueño ilusorio; muchos de ellos instigaron grandes revoluciones sociales. Se comprometieron con una energía y una intensidad que sacudieron el mundo desde sus cimientos”. Y sí, una forma de ser espiritual es llenarse de una energía que mira hacia adelante y con valentía para desafiar el statu quo. ¿Hay acaso algo más edificante? No tenemos que elegir entre Buda y bestia, la idea es que seamos ambos. En ocasiones el uno domina al otro y el otro al uno.
La pérdida. Hay una escena en Star Wars donde Yoda le dice a un enojado Skywalker adolescente {El miedo a la pérdida es un camino hacia el lado oscuro… prepárate para dejar marchar todo lo que temes perder}. Podemos derivar de ello que las ataduras a personas y metas se convierten a menudo en obstáculos. A menudo lo que realmente tememos no es la pérdida del otro sino la pérdida de esa parte de nosotros mismos que ese alguien o ese algo nos hace sentir. Esto nos ocurre cuando vinculamos nuestro sentido de la dignidad y la felicidad a alguien fuera de nosotros mismos. El reto es saber, estar conscientes de que nuestra fortaleza y sentimientos de amor y plenitud provienen de nuestro reservorio interior y no de otra persona o alguna otra meta trazada. Estar en paz con nosotros mismos y con el mundo. Vivir sin miedo, inmunes a críticas o elogios, vivir alimentados por nuestra felicidad interior y autoestima. Eso es vivir de verdad.
Humanismo. Hemos dicho que tras la prematura muerte de Pico de la Mirandola, pensador italiano de la segunda mitad del siglo XV, a los treinta y un años, se publicó su libro Discurso sobre la Dignidad Humana, La Oratio De hominis dignitate, un manifiesto del Renacimiento, considerado la antorcha de la corriente intelectual llamada humanismo. Pico nos describe que la esencia de la dignitas humana es el libre albedrío y la gran capacidad del hombre para adaptarse a nuevas circunstancias. Pico nos explica la trascendencia del diálogo, el rescate y valoración de la dignidad individual y colectiva, lo apolíneo como una visión del presente y lo fáustico como una proyección hacia el infinito.
Después del cristianismo, el islamismo y el hinduismo, el humanismo es la cuarta corriente espiritual con más seguidores en el mundo. Se diferencia del ateísmo en que los humanistas creen que hay un Dios, pero que no es el ser furioso y sentenciador que muchos textos religiosos quieren que sea. Para un humanista Dios podría ser el Universo o la conexión de la vida con la tierra, o simplemente espíritu. El humanismo abre una nueva vía a personas que desean rechazar las reglas sin sentido de la religión, pero que no quieren abrazar el ateísmo. Hay en el mundo alrededor de un millón de seguidores del movimiento humanista.
Ingeniería de la conciencia. Entonces, ¿qué ideas y valores hay que creer?, ¿qué debemos rechazar?
En El CÓDIGO DE LAS MENTES EXTRAORDINARIAS
Vishen Lakhiani nos invita a practicar la {Ingeniería de la Conciencia} para deconstruir creencias, reglas y sistemas autorreafirmantes que nos dicen que la vida debe desarrollarse de un modo determinado.
Así pues, nos invita a hackear nuestra consciencia para llegar a la esencia de nuestro ser, reconstruirnos y rehacernos para el despertar. Siendo la felicidad tan esquiva, nos pide vivir en {feliciplina} (en inglés blissipline acrónimo de bliss – felicidad- y discipline (disciplina) para aumentar el nivel de felicidad diario y sentirse libre de limitaciones. Continuará.