Estocolmo. Los Premios Nobel Alternativos fueron entregados hoy en Estocolmo oficialmente a cuatro personas o instituciones en reconocimiento por el trabajo realizado en situaciones de extrema dificultad, anunció la Fundación Right Livelihood Award, que concede el premio.
Los premios fueron para la activista egipcia por los derechos de la mujer Mozn Hassan; la Fundación Cumhuriyet, dueño del periódico homónimo, de Turquía; el grupo de voluntarios de la Defensa Civil siria, conocido como Cascos Blancos; y la activista por los derechos humanos rusa Svetlana Gannushkina.
«Han atestiguado algunos de los eventos más turbulentos de los tiempos modernos (…) y no tuvieron temor en decirle la verdad a los poderosos», dijo el fundador del premio, Jakob von Uexkull.
Los Cascos Blancos sirios -un grupo de unos tres mil voluntarios operativos en la ciudad de Alepo desde marzo de 2013- fueron reconocidos por su trabajo de asistir a víctimas civiles en el marco de la guerra civil que sacude a ese país.
«Nuestra mayor contribución no fue salvar 73 mil vidas, sino traer esperanza donde antes no la había», dijo el director de la organización, Raed Al Saleh, al recibir el premio.
Tras señalar que 148 voluntarios murieron en acción y que otros 450 resultaron gravemente heridos, Al Saleh dijo que «el mayor desafío de cara al futuro no será reconstruir los caminos entre las comunidades, sino la confianza entre ellas. La confianza ha sido destruida en Siria», agregó.
Hassan, quien siguió la ceremonia por Internet dado que no le fue permitido abandonar Egipto, dijo que aceptaba el premio como reconocimiento a «un siglo de activismo feminista».
Este galardón muestra que «las mujeres son reales agentes de cambio», señaló en referencia al papel desempeñado por las mujeres en 2011 en el derrocamiento del dictador Hosni Mubarak, y en los consiguientes esfuerzos por cambiar la legislación y fortalecer los derechos de la mujer.
Los representantes de Cumhuriyet tampoco pudieron asistir a la ceremonia por tener prohibido salir de Turquía. La columnista turca Zeynep Oral leyó una declaración en la que aceptaba el premio en nombre del presidente de la Fundación Cumhuriyet, Orhan Erinc.
«La única fuerza que puede vencer la oscuridad, opresión, violencia y falta de justicia es la defensa incondicional de la libertad y el secularismo», dijo.
Por su parte, Gannushkina encendió una «fuerte alarma» ante la retórica anti-inmigración proveniente de las fuerzas de derecha en el mundo.
Los premiados recibieron el equivalente a 87 mil dólares cada uno.
Estos premios fueron instaurados en 1980 para reconocer la labor de personas y organizaciones «que ofrezcan soluciones visionarias y ejemplificadoras» a problemas en el mundo. Este año, hubo 125 nominaciones de cincuenta países.
Vía Dpa