Ciro Castillo
Vulnerable, así se habrá sentido la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, tras el doble homicidio de dos colaboradores cercanos el martes.
La propia presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum Pardo, fue notorio, estaba consternada cuando se enteró de la noticia en plena conferencia mañanera, donde, curiosamente, en ese momento se abordaban resultados en materia de seguridad.
La voz casi se le quebró cuando, tras recibir un comentario al oído de parte de su brazo derecho, Omar García Harfuch, titular de Seguridad, y luego de un breve intercambio de palabras, tomó el micrófono y expresó su respaldo a la máxima autoridad en el país y a su equipo.
Esos sentimientos y sensaciones de vulnerabilidad que quizá tuvo Brugada Molina, los hemos tenido millones de mexicanos, sea porque hemos perdido un familiar o supimos de alguien cercano que fue blanco de la delincuencia organizada.
La muerte violenta de Ximena Guzmán (secretaria particular), quien recibió al menos ocho disparos y de José Muñoz (asesor), quien recibió cuatro tiros, impactan no solamente en el equipo que gobierna la capital del país, sino en toda la sociedad “defeña”.
Inevitablemente vienen a la cabeza de los ciudadanos ideas como “si les pasó a ellos que son poderosos, qué nos puede pasar a nosotros”.
La noticia que llegó hasta Washington, donde el secretario de Estado, Marco Rubio, expresó su preocupación por este tipo de hechos que los mueve a “colaborar” con autoridades mexicanas, puede ser interpretada de muchas formas, pero sin duda resalta una: los malosos enviaron una señal a las autoridades capitalinas.
Al paso de las horas, con la cabeza más fría y con el inicio de las investigaciones, las autoridades indican que fueron al menos cuatro personas las que intervinieron en este ataque perfectamente planeado, pues utilizaron guantes para no dejar huellas dactilares en la escena del crimen y contaron con mucho equipo para escapar.
Que no se reforzará la seguridad para los funcionarios capitalinos, incluida la jefa de Gobierno y tampoco para la mandataria mexicana, dijo Claudia Sheinbaum en la mañanera del jueves. Al final del día la sensación que queda es la que dijimos al principio: de vulnerabilidad…
Sin regateos
Por situaciones como la que se ha vivido en estos días en la Ciudad de México, donde hasta hace algunos años se sostenía la teoría de que ahí no había cárteles asentados, es que debemos reconocer los avances logrados en Chiapas en materia de seguridad en los primeros casi seis meses de gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar, quien, desde el primer minuto de su gestión, plantó cara al tema de la inseguridad.
Los resultados están a la vista de todos y se reflejan principalmente en el tránsito libre en zonas donde meses atrás, simplemente era imposible circular, de día y menos de noche, como la Sierra.
De acuerdo con indicadores en materia de percepción de seguridad, Chiapas es el segundo estado más seguro del país, solamente de Yucatán, entidad que se mantiene así sexenios atrás.
“Desde el inicio de mi gobierno, me propuse transformar el rostro de nuestro querido estado a un rostro de paz y tranquilidad que beneficiara a todas y todos.
“Hoy, Chiapas ocupa el segundo lugar en seguridad pública. No descansaremos y trabajaremos todos los días para seguir garantizando la paz en nuestra entidad”, publicó esta semana el propio Eduardo Ramírez, en su red social, como un recordatorio de lo alcanzado y del reto: ser el estado más seguro de la nación.
No podemos cantar victoria ni cruzarnos de brazos, sino redoblar esfuerzos, ha dicho el comiteco, en los eventos en los que ha recordado los avances en esta materia y en otros proyectos emblemáticos del sexenio como Chiapas Puede.
La realidad es que la realidad es “terca como una mula”. Conseguir pacificar a Chiapas sabíamos que no sería una tarea sencilla, ni de la noche a la mañana. A pesar de las detenciones y de la presencia más evidente de cuerpos de seguridad como los Pakales, aún hay miedo en la gente de ciertas zonas, sobre todo en las comunidades, aunque, claro, ya no están como antes tan vulnerables…
Aderezos
-Como patada de mula habrá caído en Palacio Nacional la actitud de los líderes de la CNTE, quienes bloquearon el miércoles todos los accesos e impidieron que se llevara a cabo la conferencia mañanera. Y todo porque querían hacer su santa voluntad de que los recibiera cuando ellos quisieran y no este viernes como ya estaba ofrecido…
-Quienes finalmente pagan los platos rotos cuando existen manifestaciones como las de la CNTE en la capital del país, son los ciudadanos, quienes, en el caso de la Ciudad de México, de por sí padecen el caos vial todos los días. No entendemos y quizá nunca lo comprenderemos, por qué razón es este el método de presión que usan los líderes del sector radical del SNTE. ¿Qué no hay otras formas?
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