Ciro Castillo
Hemos escrito ya con anterioridad que, pese a la lealtad que sigue y seguramente seguirá mostrando, Claudia Sheinbaum Pardo al expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dado visos de un estilo distinto y nuevas formas de gobernar.
Fue duramente cuestionada porque, aparentemente no se impuso en la designación de la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CEDH) y el Senado terminó por reelegir a Rosario Piedra, de las peores evaluadas en un grupo de aproximadamente 20 aspirantes.
A pesar de este hecho, también lo hemos venido señalando puntualmente, se observa un viraje en materia de seguridad. Parece que si bien no hay ni habrá una “guerra contra el narcotráfico”, los militares, Marina y Guardia Nacional no están atados de manos. Responderán cuando tengan que hacerlo…
Ante el mundo
El lunes, la mandataria mexicana, quien este martes por la tarde-noche ya estaría de vuelta en el país, participó en la llamada Cumbre del G-20, realizada en Río de Janeiro, Brasil, lo cual es, volvemos al principio, una nueva forma de gobernar.
Recuérdese que AMLO, por sus ideas, porque no dominaba el inglés o porque simplemente creía que esa es su manera de conducir a una nación, se negó durante todo el sexenio a acudir a estos foros que, efectivamente, no dan resultados vistosos, pero al menos permiten visibilizar a la nación.
Nos lo creamos o no, nos guste o no, México es una de las veinte potencias económicas del mundo y tiene que, necesariamente, codearse con naciones como Estados Unidos, Brasil, China, Francia, Canadá, entre otros…
Cara a cara
Podemos no estar de acuerdo con la principal propuesta que la primera presidenta de México llevó a este importante foro, donde también tuvo reuniones bilaterales, sin embargo, se vio bien saludando a personajes como Joseph Biden, mandatario saliente de la Unión Americana, quien, por cierto, ha encendido las alarmas al permitir que Ucrania utilice los llamados misiles de largo alcance para continuar la guerra ante Rusia.
Conversó con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, con quien abordó “el buen resultado del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para la región de América del Norte”. No sabemos si se trató directamente el tema, pero recuérdese que gobernantes de provincias de Canadá han expresado su interés de que su nación salga de este tratado que habrá de ser negociado ya en el sexenio de Donald Trump.
Claudia Sheinbaum se encontró con el presidente de China, Xi Jinping, a quien agradeció el apoyo de este país en la recuperación de Acapulco “a través de la producción y entrega de enseres domésticos, tras las afectaciones” por el golpe de los huracanes el año pasado y este. Aquí, independientemente de este aspecto, es muy importante este vínculo, pues se trata de una de las naciones que más ha extendido sus tentáculos en el mundo, además de que pone nerviosos a los gobernantes norteamericanos.
La mandataria mexicana, quien ha reiterado cuando se le ha preguntado sobre la “sombra” de AMLO, ha dicho que tienen formas de pensar parecidas, aunque estilos de gobernar distintos y así quedó en evidencia en esta serie de reuniones que incluyeron al primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh, además del presidente de Colombia, Gustavo Petro, con quien, evidentemente sí comparten aspectos ideológicos.
En conclusión, la presencia de Claudia Sheinbaum en este encuentro que fue presidido por Luiz Inácio Lula, fortalece la presencia de México en el mundo. Que si habrá resultados en el corto, mediano o largo plazo, no lo sabemos, pero es una nueva forma de gobernar y eso hay que reconocerlo…
Árboles y no guerras
La principal propuesta que Sheinbaum Pardo llevó a Brasil, hay que decirlo, es evidentemente una apuesta de Andrés Manuel López Obrador, que, lejos de la voluntad y bondad que incluye, no sabemos si realmente hasta ahora ha dado resultados. Nos referimos a Sembrando Vida.
Ella expuso que es mejor sembrar paz y vida, en lugar de guerras, al destinar el 1 por ciento del gasto militar para poner en marcha el programa de reforestación más grande de la historia.
“La propuesta es establecer un fondo para destinar el 1% del gasto militar de nuestros países para llevar a cabo el programa de reforestación más grande de la historia. Significaría liberar unos 24 mil millones de dólares al año (12 veces lo que ya destina México) para apoyar a 6 millones de sembradores de árboles que reforestarían 15 millones de hectáreas, algo así como cuatro veces la superficie de Dinamarca, toda la de Guatemala, Belice y el Salvador juntos, o 30% la de Suecia.
“Con ello ayudaríamos a mitigar el calentamiento global y restauraríamos el tejido social ayudando a las comunidades a salir de la pobreza. La propuesta es dejar de sembrar guerras, sembremos paz y sembremos vida”, destacó durante su intervención…
Aderezo
-El lunes en la noche hubo un supuesto accidente de un motociclista de reparto en el paso desnivel del Libramiento Norte y Domo del Isstech en Tuxtla. Ojo, el uso de este transporte se está saliendo de control ¿o ya se salió?
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