Sr. López
Tío Lucho -de los de Toluca- fue insoportablemente estricto e insoportablemente macho. Nadie en su casa podía hacer nada, ni ir por las tortillas, sin su permiso y peor, era celoso de alarmar psiquiatras y tía Licha (en serio) lo obsequió con cinco hijas que él vigilaba como al tesoro nacional. Pero algo pasó y de repente Lichita, su hija mayor, le daba órdenes, sí, y era tan obsequioso el tío, que la vida se hizo tolerable en esa casa. Ya grandes todos y fiambres los tíos, este menda preguntó a Lichita cómo le hizo para domar a su padre y con una sonrisa de comer tostadas explicó que fue por casualidad, porque por casualidad su padre la vio saliendo de un motel
al que él iba entrando y de coche a coche ella le dijo: -Se acabó el cuento, papi, se acabó y se acabó.
Dicen que en Palacio el ambiente se corta con serrote, que el Presidente anda como agua para chocolate. Puede ser o no; uno, tenochca simplex nivel banqueta, qué va a saber. Pero en sus madrugadoras, se le nota que anda bravo y a este paso, no se extrañe si manda al Congreso una iniciativa de ley que reforme el Código Penal añadiendo el delito de lesa gobernabilidad, que tipifique como delito grave sin derecho a fianza, el informar o investigar casos de corrupción (pena sugerida: 20 años de cárcel, sin teléfono, claro, porque son capaces de informar desde la cárcel). Y ya en estas, que le dé una lección a España: que retire su propuesta de embajador y lo sustituya por el Noroñas. ¡Así se forjó el acero!
Algunos columnistas de los reputados, atribuyen el clima en Palacio y la temperatura de las madrugadoras, al escandalete de la casa en Houston que habitó un hijo del Presidente. Otra vez, puede ser o no. Sí lastima el discurso presidencial que uno de sus hijos ande en esas danzas pero el pueblo bueno entenderá que a cualquiera le sale torcido un hijo por más buenos ejemplos y consejos que se le den. Pasa en las mejores familias, en la de Palacio también. No es para tanto, ya verá, antes de que el Presidente entregue el poder quedará claro que no hubo ni rastro de conflicto de interés en eso de la casota con alberca, la autoridad se encarga (acuérdese del Contralor de Peña Nieto, el ricitos Virgilio Andrade, informando que no encontró nada indebido en la Casa Blanca de la esposa del Presidente; que sigan esa senda y ya); y en una de esas, hasta nos andan informando en qué trabaja el hijo incómodo y lo mucho que gana. Y no seamos envidiosos del éxito ajeno.
Estamos en que lo del hijo lioso, queda en agua de borrajas. ¿Qué puede tener de mal humor al Presidente?, habrá quien piense que la inflación, la paridad peso dólar, las pérdidas de Pemex, la caída de la economía, la inseguridad, los muertos por el Covid, los retrasos del trenecito Maya, que Santa Lucía va a tener menos vuelos que una pista clandestina, la imposibilidad de disimular el costo de Dos Bocas, los niños con cáncer, la falta de medicamentos, lo de Ayotzinapa que ni se aclara ni se aquieta, que no le sale comprador al avión
no mi estimado, para todo eso tiene respuesta pronta y expedita nuestro Presidente, con eso y más puede su poderosa palabra.
¿Qué puede inquietarlo, borrarle la sonrisa?: lo que no puede controlar. Solo eso. Y estelarmente no puede controlar al gobierno del vecinito de arriba, los EUA.
Hay varios ejemplos que ilustran lo claro que tiene esto el Presidente, pero hay uno poco sabido que ilustra lo bien que sabe el modo de tratar con el tío Sam:
7 de febrero 2020: El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov en visita oficial a México, aseguró que se negociaba la compra de 50 helicópteros militares a Rusia. El 8 de febrero, se publicó: AMLO comprará helicópteros rusos; canceló adquisición de aeronaves de EUA. Febrero 14: El Departamento de Defensa de los Estados Unidos, lanzó una vigorosa advertencia a México acerca de sus presuntas intenciones de comprar helicópteros a Rusia, señalaron que nuestro país podría ser objeto de sanciones bajo la legislación estadunidense. Febrero 15: El Gobierno mexicano informa que no considera la compra de helicópteros de ningún tipo, tras una reciente oferta de Rusia (
). Al día siguiente de la advertencia: nada, gracias, nomás andamos viendo.
Como se podrá usted imaginar, el gobierno de los EUA ya trae la mosca en la oreja con nuestro Presidente y curiosamente salen informes en la prensa, sobre asuntos muy peculiares, como el asesinato de Sergio Carmona Angulo, un líder de la delincuencia organizada (huachicoleo y contrabando), señalado por haber financiado con 500 millones de pesos a candidatos de Morena en las elecciones de 2021; Julio Carmona, el hermano del asesinado, cruzó corriendo la frontera, pidió asilo y ofreció a cambio soltar la sopa sobre las actividades del difunto y sus vínculos con dirigentes nacionales y estatales del partido Morena. ¡Zaz!
El asunto originalmente fue investigado por la Fiscalía de Tamaulipas pero ahora por
redoble de tambores: la DEA y el FBI. Tenga muy presente que los yanquis nunca tienen prisa para cerrar sus investigaciones y que una vez echado a andar el aparato policiaco y judicial de allá, no lo para nadie. Imagínese que en pleno 2024, ya en campaña presidencial, resulten con acusaciones y hasta órdenes de aprehensión en Estados Unidos, algunos dirigentes nacionales de Morena. ¡Áchis!
Y el problema no es solo el tío Sam, acá también hace aire. No ha nacido el que doble a Javier Coello Trejo -el Fiscal de Hierro- que anda tras los huesos del López Gatell, por homicidio por omisión de dos personas en lo de la pandemia. Y don Javier ya advirtió que si acá se hace guaje la autoridad, se va a tribunales internacionales. ¡Reáchis!
Claro que el Presidente anda de malas, los que saben qué se ha cocinado en el gobierno y en Morena, van a negociar aquí y en los EUA: nadie se va a la cárcel a nombre de otro, van a cantar ópera y aunque al Ejecutivo no le toque ninguna acusación formal, sí quedará claro que esto ha sido el cuento fantástico.