El presidente Andrés Manuel López Obrador muestra públicamente una virulencia cada vez mayor por lo que México corre el riesgo de aumentar su inestabilidad e incluso ingobernabilidad, según coinciden varios académicos.
El último caso que ha molestado de sobremanera al presidente es información relacionada a que su hijo mayor, José Ramón López Beltrán, ha vivido en una mansión en Houston (Texas, EE.UU.), propiedad de un contratista de la empresa estatal Pemex.
La vida de su primogénito en Houston contradice los mensajes de austeridad y valores morales que pregona y eso le duele porque cuestiona su credibilidad, explicó a Efe el profesor Edgar Ortiz Arellano, catedrático de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El doctor Ulises Corona, académico e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, destacó que los académicos y politólogos mexicanos están cada vez mas preocupados por la virulencia del presidente, quien, por su carácter, es renuente a negociar para lograr la gobernabilidad del país.
Afrontamos una situación cada vez mas complicada, con una continua fuga de capitales, aumento de la inflación y la acumulación de errores estratégicos por la falta de visión del presidente, agrega Corona.
El país se puede mantener todavía por el flujo de ayudas sociales a las clases menos favorecidas y el apoyo del Ejército. Pero el dinero no es eterno y el excesivo papel de los militares tendrá sus consecuencias en el inmediato futuro, añadió.
Contradicciones
El escándalo del hijo de López Obrador contradice el discurso moralista del presidente y sus críticas hacia la clase media aspiracionista.
No es malo vivir en Estados Unidos y rodeado de ciertos lujos, pero lo que molesta es la incongruencia de la vida de sus hijos con el discurso del presidente en favor de la austeridad. El escándalo le debilita, opina el catedrático Ortiz Arellano.
El profesor de la UNAM coincide en que la actitud de López Obrador está debilitando al sistema democrático mexicano. Nos costó décadas construir la democracia y ahora tenemos la sensación de que se viene abajo, indicó.
Respecto a la polémica de su primogénito, López Obrador insistió en que no hay ningún problema de intereses con empresarios.
Reconoció que su hijo trabaja en una empresa de los hijos del empresario Daniel Chávez, que le ayuda como supervisor honorífico en el Tren Maya, pero no cobra absolutamente nada. Ni tenemos ninguna relación de negocios, aseguró.
Él no tiene ningún negocio con el Gobierno Federal no hay ningún problema de interés, es de los empresarios que nos ayuda porque quiere apoyar, añadió.
Chávez es fundador de Vidanta, un consorcio con 30 desarrollos turísticos de lujo, e integrante del consejo asesor del presidente, según la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Al conocerse que López Beltrán trabaja como abogado para Kei Partners, un despacho de hijos de Daniel Chávez, circularon en Twitter nuevas informaciones porque los registros públicos muestran que no está inscrito en el Colegio de Abogados de Texas.
Asimismo se conoció que Kei Partners obtuvo su registro un mes y medio antes del inicio del sexenio de López Obrador, en diciembre de 2018.
Con información de EFE