21 de noviembre de 2024

¡Así se forjó el acero!: La Feria

SR. LÓPEZ

Tía Mariquita era inmensa y maciza, cuando caminaba vibraban los candeleros de su casa. Heredó mucho dinero de su papá, luego de su mamá y remató heredando más todavía de su marido. Era buena persona pero enojada era un toro de lidia. Tuvo una sola hija que se casó con un joven que resultó no tenía pensado trabajar. Enterada de las penurias que pasaba su nena, los fue a visitar y les dijo que ella se encargaba de mantener esa casa con la condición de que firmaran el divorcio: -Usted -dijo al yerno- téngame contenta a mi hija y deme nietos, y el día que ella se aburra de usted, de patitas en la calle lo pongo yo misma –el doncel lejos de ofenderse, aceptó. Duraron algo. Rigurosamente cierto.

El Presidente López Obrador el jueves pasado, por una nota periodística, hizo una pública queja-denuncia contra la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), por su financiamiento a las organizaciones no gubernamentales Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), y Artículo 19, acusando que eso “es injerencia, es intervencionismo y es promover el golpismo”, y anticipó que nuestra Cancillería presentaría como hizo, una nota diplomática a los EUA. Fue un error, un error serio, una metida de pata, por varias razones:

En primer lugar, no se plantea en una conferencia de prensa al desgaire, en plan bravucón, asunto tan gordo como que una agencia del gobierno de EUA está promoviendo el “golpismo” en México. Nos guste o no, con los EUA no podemos pelearnos; nos guste o no, de los EUA depende nuestra economía, por decir lo menos. Semejante cosa es materia de sesudas deliberaciones presidenciales con su Canciller, su Secretaria de Gobernación y ya en esas, hasta con el Secretario de la Defensa, para ratificar la información y definir los términos con que se tratará el asunto con la embajada de los EUA y su Departamento de Estado, sin estridencias, sin pretender retar al imperio. Asómbrese: los EUA respetan al que se da a respetar.

En segundo lugar, porque el gobierno federal mexicano -incluido el actual-, mantiene relaciones oficiales con la USAID, aceptando su apoyo para atender lo que el gobierno de los EUA define como los “desafíos estructurales crónicos” de México, con una estrategia de cooperación para el desarrollo de nuestro país, mediante la “Alianza Estratégica México-Estados Unidos fortalecida mediante la Seguridad y Prosperidad Mutuas”. De 2007 a la fecha, cuando menos 3 mil millones de dólares le ha recibido nuestro gobierno federal a la USAID para combate al narcotráfico, aparte de financiamiento para la generación de energías limpias, vía Nacional Financiera y diversos programas estatales. Cacahuates dirá usted y sí, son cacahuates para un país como México, pero nuestro gobierno pone la mano y les recibe dinero.

En tercer lugar, porque la USAID no oculta su financiamiento a ONG’s pues abiertamente promueve los derechos humanos; y las ONG’s que reciben su financiamiento, lo reportan con puntualidad pues USAID está muy vigilada por la Government Accountability Office (GAO, la Auditoría Superior de allá).

En cuarto lugar, porque la USAID despide un fuerte hedor intervencionista. Dirá usted que entonces tiene razón nuestro Presidente pero no, su queja-denuncia es por el financiamiento legal que reciben de ella algunas ONG’s sobre las que él no tiene ninguna autoridad; en todo caso debió ordenar una investigación seria (y discreta), para determinar si esas ONG’s andan en malos pasos, pero no írsele encima al gobierno de los EUA. Además porque ante el cúmulo de denuncias de varios países por injerencismo de la USAID y sabiendo que de ser cierto, es un enemigo formidable, lo aconsejable es actuar por las vías institucionales, en este caso las diplomáticas y poner un ‘hasta aquí’ sin berrinche público porque puestos a aguantar pataletas, México no le aguanta una rabieta al tío Sam; aparte, dicho sea de paso, ya podría el Presidente ordenar que no le reciba su gobierno ni un centavo más a la USAID, porque es muy difícil ponerse digno aceptando limosnas, que eso son los raquíticos recursos que nuestro gobierno les recibe.

Como nota de mala fe, agrega este menda: los países que se quejan de la USAID son sin excepción, dictaduras o regímenes autoritarios como Cuba, Nicaragua, Bolivia, Venezuela y Rusia… ¿en qué compañías anda señor Presidente?

El viernes pasado se publicó la Nota Diplomática que nuestra Cancillería remitió a la Embajada de los EUA… tanta bravata para acabar diciendo: “(…) solicitamos atentamente que la USAID considere suspender el apoyo financiero (…)” y menciona solo a MCCI, arguyendo que “(…) miembros de dicha organización, como Claudio X. González, han sido explícitos en su militancia política en contra del Gobierno de México”. ¡Áchis!… o sea que no puede pertenecer a una ONG un político… y además, don González ni es político, nada más se opone al Presidente, ¿eso ya es ilegal? Y notable resulta que no mencionó la Cancillería a Artículo 19, la británica organización internacional defensora de la libertad de expresión y el derecho a la información, que no ceja en su denuncia de la situación que priva en México… bueno, prudencia de último minuto.

Por no dejar, le comento el remate de este sainete: el viernes se reunió por vía remota, nuestro Presidente con la durísima vicepresidenta de los EUA, Kamala Harris. ¡Ay, qué sonriente se le vio!, ¡qué bromista!, y repitió su chistorete de que ya no cabe la frase que se le adjudica a Porfirio Díaz de “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, sino que ahora es: “Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”… y no puede uno evitar el recuerdo penoso de nuestro aguerrido Presidente en su visita a la Casa Blanca, muy obsequioso y diciendo: “(…) quise estar aquí para agradecerle al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted presidente Trump por ser cada vez más respetuoso con nuestros paisanos mexicanos”.

¡Así se forjó el acero!

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