21 de noviembre de 2024

AMLO manda mensaje a Estados Unidos: Su democracia nació así; eligiendo a los jueces

Tras realizar una consulta a mano alzada en el zócalo capitalino, el presidente Andrés Manuel López Obrador mandó un mensaje al gobierno de Estados Unidos para que internalice el mandato de los mexicanos para que los jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sean elegidos por voto popular.

En el marco de la discusión de la reforma al Poder Judicial en el Congreso de la Unión, cuya nueva Legislatura se instala hoy, el jefe del Ejecutivo federal sostuvo que el pueblo de Estados Unidos es pionero en la elección de jueces por la vía del voto.

En ese sentido, les hizo un llamado a que no olviden que la democracia en su país se construyó dandole el poder de decisión a sus ciudadanos por la vía del sufragio y recomendó el libro «La democracia en América» de Alexis de Tocqueville para documentarse sobre este tema.

«Esto ayuda a entender cuál es el sentimiento del pueblo y también para que internalicen nuestros vecinos, amigos y vecinos de Estados Unidos, lo digo con todo respeto, y que no olviden que la democracia en America comenzó eligiendo a los jueces, que no olviden eso, que en Estados Unidos así comenzó la democracia; el pueblo eligiendo a los jueces», sostuvo en medio de gritos contra la Ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña.

Al denunciar la abundante corrupción e influyentismo en el Poder Judicial y siguiendo su estilo para la toma de decisiones, el presidente López Obrador consultó a los asistentes a su sexto informe de gobierno si la reforma judicial, que plantea la elección por voto directo, debe ser aprobada.

El mandatario federal aprovechó el momento para burlarse de la encuesta de Massive Caller, y que la oposición utilizó para afirmar que Xóchitl Gálvez ganaría la elección presidencial.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La Feria: ¡Viva el Pirulí!

Sr. López Allá a mediados del siglo pasado, tía Lala (Eulalia), estaba tan orgullosa de tener un hijo ingeniero civil que lo presumía todo el