17 de junio de 2025

La Feria: ¡Qué alivio!

Sr. López


Contaba la abuela Elena que a su abuela la violó un hacendado y nació su papá, lo decía como hablando del clima. También contaba que ya grande, su papá fue a buscar al hijo mayor del hacendado ya difunto, para cobrar la afrenta y que el otro le dijo que no fuera bruto, que si eso era cierto, eran medios hermanos y que remató diciendo: -Y por mí, puedes ir a mear la tumba del viejo -sanseacabó.

Sigue la mata dando: Israel e Irán se bombardean, el Trump amenaza y atiza la lumbre, el mundo tiembla.

No toma partido este junta palabras, pero si se trata de entender quién tiene la razón o cuando menos entender la razón de este conflicto, no queda más remedio que voltear la vista a Occidente, a las potencias de Occidente.

Se solicita disculpe usted la brocha gorda pero de cosas tan enredadas habrían de escribirse libros y este menda tiene escasas dos páginas.

La situación actual empezó al término de la Segunda Guerra Mundial (1945), dada la conciencia culpable de Occidente, entendido como Europa y los EUA, por el holocausto judío. De esa atrocidad nadie quiso aceptar su responsabilidad (que la tuvieron), y como con ganas de caerles bien a los judíos, dos años después (1947), a iniciativa del Reino Unido (la pérfida Albión, ¡presente!), por sus puros calzones, la ONU regaló territorio de Palestina a los judíos que de inmediato declararon su independencia.

Ante semejante despojo, ardió Troya, Líbano, Siria, Jordania, Irak y Egipto, le declararon la guerra a Israel, los judíos se defendieron como leones (ganaron), ampliaron sus fronteras y le hicieron a los palestinos que quedaron en su nuevo territorio, lo que los nazis les hicieron a ellos: limpieza étnica, expulsión de unos 700 mil palestinos, expoliación de sus propiedades, despoblación y destrucción de sus pueblos (unos 500), demolición de sus sitios históricos y del 80% de sus mezquitas, la ‘Nakba’, en árabe, el desastre.

Por la Guerra de los Seis Días, en 1967, Israel repitió la dosis y expulsó a otros 300 mil palestinos, la ‘Naksa’ (retroceso, revés, en árabe). Y tan cerca como 2023, después de los ataques terroristas de Hamas, Israel ordenó la evacuación de otro millón de palestinos, la nueva ‘Nakba’.

Se recomienda que usted tampoco tome partido. En la historia, buenos, buenos, buenos… no hay. Esa región, ha sido y es, tierra de tragedias, sufrimiento y sangre. Y ya nadie es dueño de toda la razón ni los agravios.

Irán no se metió en eso, estaba en sus asuntos, pero proponía que no se partiera Palestina, que fuera un solo estado federal que garantizara a todos, árabes y judíos, sus derechos. Nada, Occidente decidió y dejó la víbora chirriando: “ahí se arreglan, jóvenes, nosotros ya cumplimos… con los judíos”.

Irán con altibajos y sus gobiernos no muy de presumir, ahí iba, como nación independiente a pesar de ocupaciones y atropellos de Rusia, Reino Unido y Turquía, pero con su milenaria historia, sobrevivía a tanta barbaridad.

Luego en plena Guerra Fría, por ahí de 1953, a los EUA y el Reino Unido -ambos con su habitual mano de piedra en relaciones internacionales-, les pareció muy buena idea dar el golpe de Estado que derrocó al primer Ministro de Irán Mohammad Mosaddegh (había nacionalizado el petróleo… y ¡eso sí que no!), y al entonces emperador, el Sha Reza Pahleví, le ofrecieron un trato que no podía rechazar: nosotros sacamos petróleo y tú sigues en tu trono (y sabía don Reza que no bromeaban; a su papá lo habían derrocado en 1941, que fue cuando él se trepó).

Así, Irán era un aliado incondicional, a querer o no, de los EUA y los británicos, que se hartaron de sacar petróleo junto con Israel que por cierto -todo hay que decirlo-, lo quedó a deber, a la fecha.

Luego pasó lo que pasó, en 1979, EUA se le volteó al Sha y mandaron traer de Francia al ayatola Jomeini que hizo su revolución (islámica), e impuso a trancas y barrancas el regreso de la teocracia a Irán, y ahí siguen los ayatolas, gobernando con el Corán en la mano, machacando a su pueblo y (¡lástima, tío Sam!), mandaron a volar a los EUA y se propusieron y proponen echar a los judíos al mar. Es una convicción religiosa, a ver, negocie usted eso.

Para empeorar las cosas aparte de los fanáticos religiosos que gobiernan Irán, del lado de Israel está su primer Ministro Benjamin Netanyahu, al que conviene mucho mantener a su país en estado de guerra para evadir los procesos judiciales que le siguen por corrupto, aparte de que lo de Irán, sacó del foco mundial las atrocidades que comete contra los palestinos en Gaza. Por ese lado, todo va a peor.

Por el otro lado, el interés de los EUA era iniciar negociaciones con los fanáticos ayatolas para impedir su plan de fabricar armamento atómico, pero ahora, al Trump solo le queda tratar de asustarlos para que se traguen la bombardeada que les puso Israel, lo que no es tan fácil que suceda (son fanáticos), por lo que no está fuera del tablero que los EUA le entren a destruir las instalaciones en que Irán produce la materia prima de las bombas atómicas. Y no sueñe usted con eso de que el Trump no puede declarar la guerra sin autorización de su Congreso que en Vietnam, Corea, Irak y Afganistán, los respectivos presidentes entraron SIN declarar la guerra, asómbrese.

El pronóstico para Irán es que lo van a machacar; no tendrá el apoyo de los países árabes, los Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos, firmaron con Israel los Acuerdos de Abraham, normalizando relaciones; y Egipto (en 1979), Jordania (en 1994) y Arabia Saudita (en 2023), firmaron tratados de paz con Israel.

El pronóstico para Israel (Netanyahu), es que se saldrá con la suya. Y para los EUA, que no ganarán nada (ni su petróleo les interesa, les sobra), aunque sí impedirán que esos ayatolas tan simpáticos tengan armas nucleares (que de poco les servirían).

Así, mientras el mundo reza rosarios a rodilla, nuestra Presidenta, muy contenta nos informó ayer que después de la plancha que le tiró el Trump, platicaron por teléfono, bien, muy amistosa la cosa. ¡Qué alivio!

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