Sr. López
Hace mucho se lo conté: hace décadas en Gayosso Félix Cuevas, se velaba el fiambre de un poderosísimo líder sindical. Calles llenas de coches y obreros (acarreados). Capilla ardiente, retacada de políticos, líderes obreros y periodistas. De repente, llegó una señora mayor, junto con abogados y varios con cara de matones. La verdadera viuda que echó a la no-viuda (guapísima), y pidió a todos despejar la sala, que ya los llamaría. Cuando regresaron los señorotes esos, incrédulos, vieron en el ataúd abierto al difunto, maquillado y vestido de payaso (zapatotes incluidos). La viuda anunció que así se iba a la tumba, como el payaso que siempre fue, servil con el gobierno y dedicado a robar. Dinerales pagó el sindicato para que no saliera en la prensa. Y así está en la fosa. Rigurosamente cierto.
Antier, la señora del segundo piso se dio una vueltecita rápida por Tegucigalpa, Honduras (está en Centroamérica, sí, sí existe), Fue a la novena reunión de jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Hizo bien, no como el anterior inquilino en Palacio, que nomás a Badiraguato iba.
La Presidenta dijo lo que se dice en esas reuniones, pero llamó a “hacer realidad una mayor integración económica regional sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a nuestras soberanías” y propuso organizar la Cumbre por el Bienestar Económico de América Latina y el Caribe. A todo dar: el Club de Pobres.
No es criticar por criticar: la especialidad de los países de esta región es la desunión y los pleitos gratuitos. Aparte, esas reuniones y casi todas las “cumbres” internacionales de poco sirven, pero las de América Latina dan risa.
Si le parece severa esa afirmación, piense en que el PIB anual, todos los bienes y servicios que produce la inmensa región de América Latina y el Caribe, el año pasado sumó 7.09 billones de dólares (Brasil, 2.19 billones de dólares; México, 1.85 billones; Argentina, 605 mil millones… y los demás, pura morralla). Mientras, en 2024, los EEUU tuvo un PIB de 29,017 billones de dólares (4,091 veces más). Sí, somos de risa.
Tenemos una población total de 667 millones (666’823,281 habitantes, por si es usted el preciso); los EEUU tienen más o menos la mitad (342’181,000 personas). Ellos producen el 25% del PIB de todo el mundo; nosotros, todos juntos, con cerca del doble de gente, el 7.3% del PIB mundial. De risa.
No es tan barbaján este menda como para calificar solo por su economía la importancia o calidad de los países; los hay pequeños y muy decentes, como Suiza, Luxemburgo, Noruega o si le gustan los ejemplos extremos, ahí está el Vaticano, con cero PIB y respetado por todos (sí, respetado).
Otra manera de medir las cosas, es con el ‘comercio per cápita’ de los países, que viene a ser el promedio de su comercio exterior (importaciones y exportaciones), dividido entre su población. Da resultados interesantes: la gran economía China, es diminuta si se mide por su bajísimo comercio per cápita; en tanto que Singapur, con sus 720 km² y menos de 6 millones de habitantes, tiene un comercio per cápita, 50 veces mayor que la inmensa China (y por si usted es de los que tiene envidia de Singapur, le tengo noticias: por su economía está en el puesto 38 del ‘ranking’ mundial, México en el 13, para entendernos).
Pero, dejando de lado la economía, la cultura cuenta, cuenta más, la cultura del respeto al prójimo, la cultura del respeto a la ley, la cultura de la laboriosidad, el buen gobierno. Usted por su cuenta medite si nuestra America Latina y el Caribe, se caracteriza por eso (por algo de eso).
Otro asunto es que nuestros vecinos del barrio iberoamericano y caribeño, así como que nos quieran, no, no nos quieren y por nuestra alineación con los EEUU, nos ven con una mezcla de envidia y desconfianza. De alguna manera sienten que México les dio la espalda. Tal vez sea cierto, pero México haría muy mal en hacer como que no tiene frontera con la primera economía del mundo. Por ubicación geográfica que se volvió destino, México está atado a los EEUU, que nos ven con interés por tamaño de población, capacidad productiva y potencial de consumo.
Y solo reniegan de nuestra ligazón con la economía yanqui los muy necios o muy ideologizados. En 1994 cuando entró en vigor el Tratado de Libre Comercio (hoy T-MEC), México tenía un PIB anual de 553,600 millones de dólares, compare con el del año pasado: 1 millón 850 mil millones de dólares, el 334% superior. En 1994 las autoridades echaron las campanas al vuelo por una inversión extranjera directa “sin precedentes”, de 7,980 millones de dólares; el año pasado fue de 36,872 millones de dólares.
¿Entonces?… ¿estamos tocando los dinteles de la Gloria?… no, de ninguna manera.
México tiene problemas muy serios que no nos va a resolver la economía. Problemas que no nos van a resolver los inversionistas extranjeros ni el gobierno de EEUU. Son nuestros problemas, en corrupción, seguridad, salud, educación, campo, energía, etc., todos de la responsabilidad del gobierno. La gente vota, trabaja y más o menos paga sus impuestos… ¿qué más le toca?… nada.
Los 30 años previos al inicio del morenato, México avanzó no poco en la construcción de un país presentable y democrático, con controles y contrapesos al poder y una Suprema Corte que impedía los abusos de los mayoriteos tramposos de nuestro Congreso a las órdenes del Presidente de turno.
Estamos presenciando desde el 2018 la demolición del entramado institucional y las leyes. Ya es un hecho el desmontaje del Poder Judicial.
Que nuestro gobierno deje en paz al Club de Pobres, nada se nos perdió por allá. Que mejor recapacite en que los 46 países con los que México tiene firmados tratados de libre comercio, no tan fácil se van a someter a un Poder Judicial improvisado al servicio del gobierno. Van a tardar pero en instancias internacionales, nos van a ganar los juicios. No solo es un asunto de derecho, sino que el dinero no admite payasadas, no, el dinero es cosa seria.