Sr. López.
Hay algo que usted no sabe de la abuela Virgen, la toluqueña con siete hijos (por Virginia le decían Virgen, no por otra cosa): tenía en su casa 60 canarios (60). Era un permanente vaivén de trinos que la verdad, hostigaban a las visitas; a ella no, a ella le encantaba, y su canario favorito fue El Copetón, uno con tupé que no paraba de gorjear.
Así, un día El Copetón amaneció tieso en su jaula. Y quiso la mala fortuna que el mismo día muriera su cuñado y la abuela llegando a la funeraria, tomó de las manos a su ya viuda hermana y bañada en llanto, le dijo: -¡Se me murió El Copetón! –por respeto no se transcribe la respuesta que recibió la abuela, algo de la mamá de ambas.
Merecido.Antier, la Presidenta de México en la sesión del G20 -en Río de Janeiro, Brasil-, se reunió con el Presidente de los EEUU. El gobierno de ese país emitió un comunicado muy correcto: que don Biden la felicitó por su elección, que le expresó su deseo de progreso compartido y bla, bla, bla.
El gobierno de México también emitió un comunicado decentito: que hablaron de la sólida relación bilateral, de cooperación en cosas de migración, seguridad, crimen organizado y economía. Bueno.
Pero ayer la prensa nacional publicó que doña Sheinbaum ya para abordar el avión de regreso a México, declaró a N+ Foro, que aprovechó la platicada con el Biden para tratar el asunto de la detención del Mayo Zambada, dijo la señora: “Le plantee este tema que ha sido difícil en la relación, pidiéndole toda la información posible para poder también evaluar nosotros”.
¡Vaya!Doña Sheinbaum diciéndole eso a don Biden, cuando el señor lo que tenía en la cabeza era dar la orden -que dio-, de que sus fuerzas armadas dieran asistencia técnica a Ucrania para bombardear a Rusia con misiles de largo alcance, misiles proporcionados por EEUU.
Y lo hicieron, ayer martes bombardearon a Rusia.Hay de asuntos a asuntos y el tamaño de los políticos se mide entre otras cosas, por el tamaño de sus intereses.
Imagine lo que se quedó pensando don Biden después de oír la petición de nuestra Presidenta: “What the hell with these fucking mexicans” (no se traduce por lo mismo del respeto a usted… y a fin de cuentas es una suposición, que seguramente ni pensó nada el Biden, que bombardear Rusia es algo un poquito más importante que la aprehensión de un viejo criminal pelos pintados).
Doña Sheinbaum moliendo por la detención de un delincuente (uno). Biden sopesando si su orden iba o no a desatar un conflicto nuclear, una tercera guerra mundial, con riesgo de que el planeta quedara como pollo olvidado en el rosticero.
Y se sugiere no perder el sueño por la posibilidad de que estemos en el umbral del infierno de una tercera guerra mundial, sin restar gravedad a la situación.
Don Putin lleva dos años amagando con que si le siguen rascando en mal lugar al oso ruso, puede usar su arsenal nuclear. Está por verse y todo indica que no lo veremos.
Los EEUU monitorean cada segundo de cada minuto, permanentemente, cualquier amenaza de actividad bélico-nuclear en el mundo. Su sistema de defensa y rastreo de amenazas nucleares se integra por redes de radares terrestres, telescopios ópticos, satélites con capacidad para detectar y seguir objetos desde 10 centímetros de tamaño, y computadoras que ocupan hectáreas (para tener una idea, compare con el ‘cerebro’ de su PC).
Las computadoras no se aburren, no se cansan, no se distraen y la información que recaban se procesa con ‘inteligencia artificial’, por si a usted le da miedo que estuviera a cargo algún oriundo de Macuspana.
No. Todo el proceso es automático y la respuesta en caso de necesidad, es automática también, aunque, eso sí, finalmente queda en decisión de humanos detener o no el proceso de contraataque, que iniciar un conflicto nuclear no son enchiladas.
Por supuesto los rusos hacen lo mismo, no están mancos. La diferencia entre los EEUU y Rusia en estos menesteres, básicamente es el dinero y la tecnología.
Los EEUU tienen muchísimo dinero y desarrollo continuo de tecnología de punta (que ni imaginamos), a cargo de poderosas empresas particulares (algunas secretas… o muy discretas).
Además, ogaño (u hogaño, al gusto), ya no es tan importante el número de armas nucleares, sino la capacidad de que sean neutralizadas al momento de activarse y en eso los EEUU llevan mucha ventaja. Apenas en marzo pasado, The New York Times publicó que el bonachón del Biden, aprobó un plan estratégico nuclear altamente clasificado -tan secreto que no está en ninguna computadora, ni se transmite electrónicamente a nadie, está escrito en papel con máquina de escribir mecánica y se entrega en mano-, llamado “Nuclear Employment Guidance” (algo así como ‘Guía de empleo nuclear’), para que sus fuerzas armadas estén preparadas para un desafío nuclear combinado de China, Rusia y Corea del Norte.
Sí, son el imperio y sus funcionarios no andan dando la vuelta en helicópteros con sus cuates, ni haciendo leyes a capricho ni babeando escritorios, están a las vivas; y sus militares no administran trenecitos, hoteles ni construyen caminos, no señor, allá se toman muy en serio las cosas. Se repite: son el imperio.
Los expertos que han dado su opinión sobre las bravatas del Putin de que es capaz de apretar el botoncito, son eso, bravatas porque por más daño que pudiera hacer a los EEUU, a Rusia se la borran del mapa (y ni es su decisión, se requiere de la aprobación simultánea de varias instancias para lanzar una bomba atómica).
Serenos.Así las cosas, no es creíble que la Presidenta de la república, titular del Poder Ejecutivo, no haya estado al tanto de lo que traía en la cabeza el Biden (todas las agencias de noticias del mundo, traían el tema hace días), y no es menor que así se haya atrevido a tratar con el gobernante del país más poderoso del mundo, cabeza visible del imperio, un asunto tan menor, tan diminuto, como el del Mayo Zambada.
Aunque se entiende que para ella sea muy importante… o no para ella, para otro que anda muy calladito.