Sr. López
Se llamaba Luis, era Notario y muy rico gracias a su clientela de alto copete; eran principios de los años 60 del siglo pasado. Su esposa, tía de este menda, le pedía el divorcio de rodillas porque aparte de que jamás la “tocó”, era majadero y mandón, caballero de Colón y católico de tiempo completo, pero con un problema que no sabía: esa tía era la adoración de Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, que un día se hartó, lo fue a ver y mágicamente el tipo no regresó ya jamás a su mansión en Las Lomas y a través de abogados le dio a la tía el divorcio, el caserón y una cantidad delirante de dinero.
Ya grande este junta palabras, ató cabos y le preguntó al Pepe, quien explicó muy quitado de la pena: -¡Ah!, sí… él tenía un querido y yo tenía unas fotos… y ya –pues sí… y ya.Recrudece la competencia de adivinanzas. Unos dicen que el principal problema de doña Sheinbaum cuando ya sea presidenta, será construir su liderazgo, asumir el mando, pues.
Otros, suponen que doña Sheinbaum será una marioneta-pelele controlada por el ya expresidente, que no piensa regalar a nadie el inmenso poder que acumuló.Sin embargo (note usted lo sabio que se vuelve este menda con la edad): será lo que será (no aplauda, modérese).
Sí, será lo que imponga la realidad, tal vez a contrapelo de los deseos de doña Sheinbaum y de su guía, luz, preceptor y lo más importante, su creador (Andrés Manuel López Obrador, por si no atina usted a quién se refiere el junta palabras).
Se ha dicho que La Silla presidencial está embrujada: no es cierto; lo que sucede es que cualquiera que legalmente acomoda sus posaderas en la cátedra presidencial (porque ‘cátedra’ significa ‘asiento’, por eso los papas en Roma hablan “ex cathedra”, o sea, desde la silla), esto es, cualquiera que es Presidente (a), recibe información que no recibe nadie y ya conociendo los verdaderos problemas que tiene que atender, toma decisiones, unas, le gusten o no; otras, a querer o no.
A primera vista, parece que doña Sheinbaum está destinada a ejercer su sexenio bajo la sombra de su todo poderoso mentor. Sí, eso parece, el aún Presidente (12 días más sin contar hoy), tiene el control del Congreso federal y los congresos locales de 27 entidades (20 con su partido y siete en alianza); el control del gobierno de 24 entidades y el de 514 municipios de los 2,470. Se dice fácil.
Aparte, el arrimado de Palacio tiene (hoy, todavía) en un puño a Morena, su organización de movilización nacional que no solo fundó sino que mangonea a su gusto y en la que ya nombró como próxima presidenta a Luisa María Alcalde (obradorista convencida y rendida), con candado de seguridad, su hijo Andy, como secretario y segundo de a bordo en ese adefesio (porque el señor no confía en nadie).
Encima, de los 48 nombramientos de doña Sheinbaum para su futuro gabinete, 23 se los puso el próximo residente de la finca en Palenque de nombre tan grato (gratísimo para muchos tenochcas simplex, no todos, pero más de los que sospecha el redentor patrio).
Sin duda, viéndolo así, más le valdría a doña Sheinbaum seguir el lépero consejo aquél de “flojita y cooperando”.
Nada más que la realidad de cómo somos los de nuestra especie, le puede dar una pésima sorpresa al que se siente dueño indiscutido del país y jefe perpetuo de la próxima Presidenta.
Para empezar, Morena no ha cohesionado como partido y ya con AMLO en Palenque, su dirigencia nacional carece de autoridad.
Morena no es el PRI, que fue un instituto político muy sólido y con indiscutida autoridad respaldada siempre por el Presidente de turno. Morena es un muégano de intereses y arribistas.
No es nada difícil que los 24 gobernadores, sabiendo que Morena es solo un membrete, empiecen a controlarlo en sus estados, de modo que antes que pronto, Morena sea 24 partidos locales al servicio de la nueva Presidenta del país y solo nominalmente dependientes de su dirigencia nacional (¿o los imagina usted sometidos a la señorita Alcalde?… ¿o muy asustados si Andy les dice que los va a echar de cabeza con su papá?).
Así, no será difícil que se les desmorone a los lopezobradoristas el partidazo que solo existe en la imaginación de su fundador.
Él así lo quiso, que no adquiriera vida propia para que no se le saliera de control. Bueno, eso tiene precio. Y por cierto, si López Obrador cree que su “autoridad moral” (no se ría), bastará para meter en cintura a 24 gobernadores, le tengo noticias, eso no lo logró ni Lázaro Cárdenas y ese sí era respetado en todo el país y por todos, de hecho es el que fundó lo que luego fue el PRI como lo conocimos, con las grandes centrales obreras disciplinadas y dentro del partido.
Otro problema nada menor es que los que están incrustados en Morena, también saben que es un membrete y que de ellos depende que aparente ser partido en el poder. Dentro de Morena va a ser pleito a navaja.
Nada les gusta la imposición de la señorita ni del junior pre-destapado como próximo Presidente, con foto la noche del 15 pasado en un balcón de Palacio, contemplando a la multitud a sus pies, arrogante, insuflado con su mala pinta.
Son al menos once tribus encabezadas por gente nada fácil, que van a dar la pelea por prevalecer: los ‘marcelos’ (de Ebrard, excorcholata); los ‘monrealistas’ (de Monreal, otro excorcholata, claro); los de Texcoco (de Higinio Martínez); Izquierda Democrática (del rufián René Bejarano); Alternativa Democrática (los experredistas de Héctor Bautista); los ‘talibanes’ (de la Polevnsky); los ‘berthos’ (de Bertha Luján); los de Noroña; los de Layda Sansores; los de la Clara Brugada; y pero-por-supuesto, los ‘puros’ los leales seguidores de su fundador, que todo este sexenio estuvieron pintados en la pared.
Ahora piense si doña Sheinbaum va a gastar capital político en hacer prevalecer a López Obrador y si se viera obligada-extorsionada, le bastará con esperar los escándalos que ya empezaron desde Nueva York a dos días de firmar el decreto de reforma al Poder Judicial.¡Ay, el tío Sam!… a correr.