Después que anoche propuso crear una gran cárcel de “muy alta seguridad y con tecnología de punta” que sirva para poner un castigo a los delincuentes, Xóchitl Gálvez, candidata presidencial de Fuerza y Corazón por México (PAN, PRI y PRD), matizó que no sería como la que desarrolló el gobierno del presidente de El Salvador, Nayib Bukele y aseguró que no está de acuerdo con violentar los derechos humanos ni con las detenciones masivas, pero se pronunció por “castigos ejemplares” para los delincuentes más peligrosos.
Y tras el aval en el Instituto Nacional Electoral (INE) de la candidatura del ex gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, como uno de los candidatos de la oposición a diputado federal por la vía plurinominal, la hidalguense sostuvo que “todos los partidos tienen buenos candidatos, tienen candidatos cuestionados, pero hasta donde yo sepa ninguno tiene una sentencia judicial donde se le acredite haber cometido un delito, ni del lado de Morena, ni del lado de nosotros, así es que tienen derecho a ser candidatos”.
Además, se deslindó de las candidaturas postuladas por los partidos que la impulsan a la presidencia de la República.
“Yo no tuve nada que ver en la nominación de los partidos” y reiteró que llegó a la candidatura por el respaldo de un millón de personas, pero nunca ha militado en el PAN, ni en el PRI o en el PRD”, señaló este viernes.
Tras cuestionar que hay “priistas corruptos, tranzas” que ahora están en Morena, dijo que en el partido guinda hay muchos “políticos reciclados, que muestran que en esa fuerza política “aman y odian al PRI; por un lado lo odian cuando no les conviene, y por otro lo aman cuando se quieren llevar priístas”.
Al insistir que se necesitan “castigos ejemplares” para quienes delinquen, aclaró que “hay cosas que no comparto con Bukele como la separación del congreso o la reelección fuera de la ley”, y no buscaría detenciones masivas, sino para quienes destacen cadáveres, quienes han masacrados adolescentes o cometidos feminicidios de menores de edad.
Por: La Jornada