Sr. López
Nota previa.- En lo que sigue, se usa la palabra tarugo en urbana sustitución del sonoro término que rima con azulejo. Comenzamos:
En general no es recomendable hacerse mucho el tarugo porque acaba uno volviéndose tarugo, sí, a fuerza de fingirse tarugo, se acaba siéndolo
pero meditando en el asunto, queda la duda de si para hacerle al tarugo convincentemente, es requisito ser antes algo tarugo; difícil cuestión que no trata Tomás de Aquino -y mire que revisé- ni en su De Veritate (que no dice una mentira), ni, última esperanza de este menda, en su obra sobre Sententia super libros de generatione et corruptione, de Aristóteles (publicado hasta 1498, como bien sabemos), y de cuya lectura se concluye que cualquier tenochca simplex, lecciones de eso le da a los dos: la corruptione es nuestro mero mole. En fin, sin esperanza de encontrar respuesta a esta duda (cartesianos, absténganse), nos quede claro que no es recomendable hacerse tarugo.
En su visita a El Salvador, nuestro Presidente pronunció un discurso que comenzó recordando a Nayib Bukele, el presidente de allá, cómo se pobló la región en el 900 a.C. (que ni es cierto) y le siguió con un resumen de la historia
de El Salvador (buen detalle por si don Nayib no la sabía).
Luego habló de los desafíos actuales de El Salvador: (
) la lucha contra la pobreza, la desigualdad, el desempleo y la marginación, que son las raíces profundas de la inseguridad, la migración y otras desdichas (o sea, mismo diagnóstico y receta que para México; a todo dar).
Después les presumió los prodigios que ha obrado en ese país (
) la aplicación de los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro y recordó a sus oyentes que son dos millones y medio de dólares mensuales, entregados en efectivo, nada más de Sembrando Vida y se comprometió a duplicar la cantidad desde ya, porque no se puede seguir esperando la ayuda de los Estados Unidos
(¿y si Chiapas y Oaxaca se anexionan a El Salvador?… no, no digamos tarugadas).
Aparte del fraterno discurso y el generoso compromiso, debe decirse que se le pasó a los asesores del Presidente (el nuestro) advertirle que en El Salvador ahora mismo, están en régimen de excepción, aprobado por su Congreso, suprimiendo los derechos humanos para atacar con todo el músculo del Estado su principal problema: las enloquecedoramente violentas pandillas de la Mara Salvatrucha.
No puede negarse que la delincuencia en El Salvador es terrible y que a grandes males, grandes remedios: el primer mes del régimen de excepción detuvieron a cerca de 20 mil personas, muy bien, pero Amnistía Internacional, afirma que las acciones de Bukele han desatado una (
) tormenta perfecta de violaciones a los derechos humanos: hay detenciones de menores de entre 10 y 12 años de edad y se realizan juicios sin el reo presente, sin defensor, sin derecho a presentar pruebas de descargo, sin testigos y ante jueces anónimos.
No se necesita mucha imaginación para suponer lo que piensa el presidente Bukele de la estrategia de abrazos, no balazos, de Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro. Pero igual, en los discursos del viernes todo fue intercambiar elogios, haciéndose tarugos todos, incluido el respetable público, pues a fin de cuentas es una buena lana la que les regala el Presidente nuestro.
Tampoco se necesita tener mucha imaginación para hacerse una idea de lo que en Washington piensan de sembrar vidas, construir el futuro y repartir abrazos a discreción. Nos tienen en observación muy estrecha desde que detectaron la presencia de muchos espías rusos (eso dijo en marzo pasado el general Glen VanHerck, jefe del Comando Norte de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, ante el Senado de allá), y encima, nos traen en salmuera por la inseguridad pública que sufrimos y que le compite en brutalidad a los mismos maras salvadoreños.
Y de ese nuestro problema de inseguridad, también en marzo pasado, días antes de lo de don Glen, habló largo y tendido en entrevista con la televisora Fox News, quien fue Fiscal General de EUA con los presidentes Bush y Trump (no es un pelagatos), William Barr. Entre otras lindezas soltó al aire que según él el gobierno federal de México, el de ahorita, está rebasado por los grupos criminales y que eso mantiene en alerta la seguridad fronteriza de ellos, los Estados Unidos. Dijo más cosas, ahí le van unas cuantas:
Han perdido el control del país, en mi opinión (
) la seguridad en la frontera era una de las preocupaciones principales cuando servía al gobierno de Trump (
) Fui allí un par de veces para ver si podíamos endurecer la columna vertebral de este Presidente que cree en los abrazos, no en las balas, y está perdiendo (refiriéndose a Andrés Manuel López Obrador, no se distraiga).
Pero lo más de pensarse que dijo es que los cárteles de la droga mexicanos Tienen decenas de miles de millones de dólares. Pueden corromper a quien quieran y tienen ejércitos vestidos como militares y vehículos blindados (
) Lo que siempre me ha preocupado es que el gobierno de México vaya a compartir la soberanía con los cárteles y llegar a un modus vivendi con ellos. ¡Zacapún!
No niega uno de las bondades de la gira presidencial pero tampoco se puede negar que nos está haciendo tarugos: los problemas de pobreza, desigualdad, desempleo, marginación, en El Salvador, NO son nuestro problema.
Que el Presidente, si quiere, les done su sueldo completo en coherencia con su fraternal espíritu, lindo, pero no el de nuestros impuestos, acá la austeridad nos está matando, al menos a los niños con cáncer los está matando.
Nuestro problema son las cataratas de dinero necesarias para asegurar la puerta sur de nuestra casa y dejar de hacernos tarugos soñando con que vamos a resolverle sus problemas a otro país. Y peor problema es que la persecución del Bukele, nos mandará comaladas de maras a México entrando por Chiapas, claro.
Y otro problema -de consecuencias muy serias- es creer que el tío Sam es nuestro tarugo