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Tras cuatro meses internado y de aferrarse a la vida, Vicente Fernández, el Charro de Huentitán, falleció este domingo a los 81 años de edad en la ciudad de Guadajalara, a consecuencia de un cuadro de neumonía.
El deceso del intérprete de Mujeres divinas, Por tu maldito amor y Volver volver, sucedió finalmente este domingo 12 de diciembre a las 6.15 de la mañana, justo en la celebración de la Virgen de Guadalupe.
El cantante, quien encarnó en el cine a El arracadas, El tahúr o a El albañil tenía una máxima, tal vez emulando a la «ley del monte», que seguía al pie de la letra: «Mientras ustedes no dejen de aplaudir, Chente no deja de cantar».
Ahora Chente ya se encuentra en el pedestal junto a los otros tres célebres gallos rancheros: Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier Solís.
Su salud
La crisis de salud del ídolo se inició cuando sufrió una caída en su rancho Los tres potrillos, que le lesionó las cervicales y le agravó el síndrome de Guillain-Barré que ya padecía.
Tras una prolongada hospitalización tuvo una leve mejoría, pero su condición se volvió delicada el jueves pasado, por una falla renal y en uno de sus pulmones. Regresó a terapia intensiva del hospital Country 2000, en Guadalajara.
El movimiento en el hospital se intensificó el sábado. El último reporte médico informó que el cantante presentaba mayor inflamación de sus vías respiratorias bajas e incremento del apoyo respiratorio. Se requirió sedación para mantener confort. Continúa manejo multidisciplinario. Su condición el día de hoy es crítica. Pronóstico muy reservado.
El deceso sobrevino al amanecer de este domingo. El comunicado en su propia cuenta de Instagram señaló: En Paz Descanse Sr. Vicente Fernández. Lamentamos comunicarles su deceso el día domingo 12 de diciembre a las 6:15 am. Fue un honor y un gran orgullo compartir con todos una gran trayectoria de música y darlo todo por su público. Gracias por seguir aplaudiendo, gracias por seguir cantando. #ChenteSigueSiendoElRey».
El sueño de niño
No se ha informado cómo y donde serán las exequias del ícono de la música ranchera mexicana.
Vicente Fernández nació el 17 de febrero de 1940, en Huentitán El Alto, Jalisco, México. «Entre vacas y caballos», decía.
Fue hijo de Ramón Fernández y Paula Gómez. Su biografía oficial detalla que con tan sólo seis años de edad comenzó a soñar con una carrera de cantante. Y, a los 8 años, tuvo una guitarra, la cual enseguida aprendió a tocar y comenzó a estudiar música folclórica.
Desde adolescente comenzó a buscar su camino. Participó en concursos, tocó en restaurantes, fiestas y reuniones y luego se unió a mariachis; en esa época se casó con María del Refugio Abarca (Cuquita) con quien procreó a Vicente, Gerardo, Alejandro y Alejandra. Le sobreviven sus hijos, nietos, su bisnieta Cayetana y otro miembro más de la estirpe, que está en camino, de Álex Fernández Junior.
Convencido y venciendo obstáculos, Fernández se convirtió en Ídolo de México. En 1976, su hit mundial e himno ranchero, Volver, Volver, lo consolidó como el más grande cantante ranchero de todos los tiempos.
En una entrevista con La Jornada en 2004, Fernández contó que a los 11 años ordeñaba vacas junto a su padre, quien fracasó en varios proyectos. La familia tuvo que irse a Tijuana, donde Chente trabajó como peón, albañil, lavaplatos, talachero (limpiar pisos y baños), lavacoches y en actividades diversas en un hipódromo.
Era fanático de Pedro Infante y Jorge Negrete, recordaba. En Tijuana, donde vivió seis años, «mi segundo Huentitán». Trabajó de cajero en un restaurante típico, al lado de su tío Javier Hernández. Amenizaban un trío y un mariachi. Iba a las mesas y ofrecía: «Oiga, ¿le canto?». Le dieron la oportunidad. Ahí se puede decir que comenzó su profesión. Le iba bien, pero las envidias propiciaron su despido.
(Con información de La Jornada)