ERNESTO GÓMEZ PANANÁ
Hace algunas semanas, comentábamos -y reconocíamos- aquí, la lamentable situación de la candidatura a gobernador por Morena en Guerrero. Señalábamos la pertinencia de bajar a Félix Salgado. Pocos días después, los consejeros del Instituto Nacional Electoral votaron por la cancelación de dicha candidatura.
Esta determinación exacerbó la confrontación con el titular del ejecutivo, quien ha tachado a los consejeros, especialmente a Ciro Murayama y Lorenzo Córdova, de antidemócratas y a su determinación como un atentado a la democracia. El INE se sostuvo y resistió y si nos atenemos a la antigua frase de don Jesús Reyes Heroles, de que todo lo que resiste apoya, habrá entonces que concluir que en el fondo, el INE apoya no solo a la democracia sino también al presidente. Explico mi argumento:
El mismo consejo general que hoy sostiene frecuentes diferencias con el presidente, es -entre otras cosas- el mismo que organizó y calificó la elección en la que el mismo AMLO fue declarado vencedor, pero también es, este mismo consejo y sus integrantes, el árbitro que baja de la contienda al Toro Salgado en Guerrero y al Maestro Morón en Michoacán, el mismo que decide no bajar sino solo multar a Morena por no documentar correctamente los gastos de su candidata al gobierno de San Luis Potosí. Mantener su autonomía de decisión y decirle no al presidente, abonan a la democracia, la fortalecen y la salvaguardan. Quiero pensar que el presidente, a la luz de sus tres décadas de vivencias en la oposición, lo sabe. Flaco favor le harían, a la democracia -y al mismo presidente- instituciones irreflexivas y dedicadas a aplaudir todo lo que el ejecutivo propone: a largo plazo hacen daño a un sistema que construimos entre todos a lo largo de décadas a costa de compromiso ciudadano, de contribuciones de diversos actores políticos -a favor o en contra-, incluso a costa de centenares de vidas. Hoy, tenemos la democracia que tenemos gracias a casi medio siglo de construcción colectiva.
Lo mejor que nos puede pasar la mañana posterior a la elección del 6 de junio no es que ganen los partidos de oposición y Morena pierda la mayoría en San Lázaro. Lo mejor tampoco es que gane el partido del presidente y continúe la dinámica legislativa de los últimos tres años. Hay una premisa mayor que estas dos.
Lo mejor que nos puede pasar es que vivamos lo mismo que vivimos luego de elegir a Fox en el 2000 o al mismo AMLO en el 2018:
Despertar el lunes siete de junio y que los medios y las redes reporten unas elecciones sin contratiempos y que sea cual sea el resultado, todas las partes lo acepten, el país no se caiga y la democracia continúe siendo el mecanismo no solo para gobernarnos sino también para dirimir nuestras diferencias. La democracia no es el mejor sistema pero si es el menos malo por una razón fundamental. La democracia garantiza la alternancia: el país mucho tiempo eligió al PRI, el sistema se pervirtió y dejamos de elegir libremente.
Luego de muchas décadas pudimos experimentar la alternancia ordenada, pacífica e inclusive festiva y Vicente Fox pudo ser presidente por seis años. Sin protestas, sin fraudes. En paz. El Ángel de La Independencia se llenó de ciudadanos celebrando aquella noche.
Dieciocho años después ganaron Morena y AMLO y el Zócalo se llenó también de gente que cantaba y festejaba y nadie alegó fraude. De eso se trata la democracia. De alternar en paz.
Oximoronas.
Ayer se festejó en México el día del Maestr@. Desde aquí mi cariño y mi felicitación a mi maestra Vicky Zenteno, a mi maestra Hilda Calderón y a mi maestra Amanda Moguel. Mi agradecimiento siempre.